EL PAÍS 15/07/15
· Las direcciones de Convergència y Esquerra ratificaron este martes por la noche el acuerdo
El pacto cerrado el lunes entre Convergència Democràtica (CDC) y Esquerra Republicana para presentarse juntos a las elecciones catalanas del 27 de septiembre contempla declarar formalmente la independencia entre seis y ocho meses después de las elecciones. Una declaración que supondría, según fuentes conocedoras de la negociación, la “desconexión” o el “punto de ruptura” con España. Un punto de no retorno a medio camino de los 18 meses que, en total, calculan los partidos que durará el proceso si la candidatura vence las elecciones. Es uno de los puntos de un acuerdo muy concreto que se ratificó ayer.
Las dos partes han pactado una lista encabezada por tres independientes. Artur Mas iría en cuarto puesto pero tendrá garantizada la investidura como presidente en caso de victoria. La última, si cumple su promesa de no volver a presentarse en caso de que culmine el proceso. En qunito lugar iría Oriol Junqueras y los números seis y siete serían también para independientes. A partir del octavo puesto, CDC y ERC se distribuirán los puestos con una proporción del 60% para los convergentes y 40% para los republicanos. Queda por concretar qué lugar ocuparán MÉS y Demò crates per Catalunya, escisiones secesionistas de PSC y Unió, a los que se les buscará un hueco. Esquerra se asegurará además, en ese hipotético Ejecutivo, departamentos clave y entre ellos los que gestionarán las denominadas estructuras de Estado.
El acuerdo debe ser ratificado por todas las partes (partidos y entidades) y las ejecutivas de Convergència y ERC lo hicieron este martes por la noche. CDC tardó menos de una hora. El pacto fue suscrito por unanimidad en medio de aplausos. A la salida de la reunión, Mas no se atrevió a vaticinar si este miércoles habrá una comparecencia con ERC para informar de los acuerdos. “No depende de nosotros. Yo puedo hablar por mi partido”. En un acto posterior en Girona, Mas, aclamado a su llegada, señaló que ha llegado el momento de “arremangarse seriamente y de pasar por encima de las comodidades estéticas (…) Saldrá bien, saldrá muy bien o no saldrá tan bien, esto ya es decisión del conjunto de nuestra población”, informa Anna Estañol.
Frente a la placidez del cónclave de CDC, Esquerra ha celebrado un intenso y largo consejo nacional en el que se pidieron 34 intervenciones. Sin embargo, todo acabó por aclamación. Entre los republicanos cundía la resignación, y pese a que algunos no ven clara la fórmula, hay consenso en que había que asumirla. Esquerra ha emitido un comunicado en el que certificó que las elecciones del 27-S son “claramente plebiscitarias” y destacó que el pacto contempla los pasos a seguir el día después de los comicios para empezar a concretar la constitución de un “nuevo Estado y se avance en la construcción de un nuevo país más limpio y justo”.
La propuesta se siguió debatiendo este martes por la tarde en una segunda reunión en el Palau de la Generalitat que fue mucho más corta que la del lunes: en una hora se avanzó en el pacto. Mas expuso a las entidades independentistas —la Asamblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural y la Asociación de Municipios para la Independencia— el contenido del pacto. La cumbre del lunes debía en principio debatir si se pactaba una lista sin políticos —estrategia de las asociaciones que respaldaban Esquerra y la CUP— pero fueron las tres entidades las que cambiaron el paso y forzaron a CDC y Esquerra a alcanzar el pacto. ERC se quedó, en ese momento, tan aturdida como la CUP, que acabó desmarcándose.
“La música suena muy bien”, celebró Jordi Sánchez, presidente de la ANC, tras la reunión. Pese al optimismo de su presidente, la entidad no ha ratificado todavía el pacto. La ANC celebró este martes por la noche una reunión de su secretariado en la que pidió más detalles para avalar el pacto. En un comunicado, la entidad subrayó que veía puntos positivos en el preacuerdo aunque su sugerencia de hacer una lista sin políticos no había sido aceptada. Òmnium todavía no ha dicho nada oficialmente. Su presidenta, Muriel Casals, destacó a la salida de la reunión que el acuerdo iba más allá de la lista y apuntaba a un Gobierno de coalición.
Pese al pacto y la unidad, la confianza entre los soberanistas queda lejos. Los lazos entre Esquerra y CDC se han roto en estos últimos meses y, pese a la fumata blanca, el devenir de las negociaciones no ayuda a repararlos. En Convergència no sentó nada bien que ERC se aliara con la CUP para proponer una lista sin políticos. Entre los republicanos se vive como una encerrona que Mas, finalmente, se haya salido con la suya -la propuesta final de lista se parece a la que defendió tras el 9-N- gracias a un giro avalado por la dirección de las entidades. El reto es que la unidad lograda sobre el papel se traduzca en una victoria el 27-S.