· «veto político» a la roja en el País vasco
· PNV, EH Bildu y Podemos rechazan en las Juntas Generales de Vizcaya que el combinado nacional juegue en la Catedral en calidad de anfitrión, pero apoyan su presencia en el césped como foráneo
El País Vasco quiere que la Selección española de fútbol regrese a San Mamés medio siglo después… como visitante. PNV, EH Bildu y Podemos han unido sus votos en las Juntas Generales de Vizcaya para rechazar que el combinado nacional dispute un partido en la casa del Athletic en calidad de anfitrión. Sí han respaldado que la Roja pise el césped de la Catedral medio siglo después para sentarse en el banquillo reservado al equipo foráneo.
La posibilidad de que la Selección española de fútbol dispute un partido en San Mamés se ha abordado este miércoles en el Parlamento vizcaíno a raíz de una proposición no de norma del PP encaminada a acabar con el “veto político” a la Roja para que juegue “en una parte de su territorio”, algo “excepcional en cualquier otro país del mundo”. El portavoz popular, Javier Ruiz, ha defendido la presencia de la Selección en la Catedral más allá del terreno de juego deportivo, ya que se trata de un acontecimiento “con repercusiones indudables en el ámbito de lo social, lo económico y lo político para este territorio”, sin olvidar su “repercusión internacional”.
El portavoz del PP exhibe una camiseta de la Roja como protesta por el «veto» entre el fuego cruzado de mensajes sobre «antiespañoles» y «antivascos»
Las formaciones nacionalistas vascas, con el respaldo de Podemos, se han opuesto a que la Roja juegue en San Mamés… aunque solo si lo hace como local. Así, han mostrado su deseo de que el combinado de Julen Lopetegui dispute un partido en San Mamés en calidad de equipo visitante. El juntero del PNV Jon Andoni Atutxa ha mostrado su respaldo a que la Selección española pise el verde de San Mamés para enfrentarse a la Selección de Euskadi en un partido, además, de carácter oficial. Este encuentro, según ha asegurado, sería de “absoluta normalidad”, por lo que ha instado al PP a “reconocer que existen otras selecciones nacionales en el reino de España” y a “facilitar los cambios legislativos” oportunos para posibilitar que esta ensoñación nacionalista se convierta en realidad. En esta misma línea, Endika Montes, de EH Bildu, ha defendido que España juegue contra el País Vasco ocupando el banquillo visitante y ha denunciado que el «único veto» actual es a la oficialidad de la selección vasca.
Podemos ha secundado a las formaciones nacionalista en su apoyo al “veto” a España en San Mamés como local. El juntero Mikel Isasi ha justificado la postura del partido de Pablo Iglesias en base a “cómo [el PP] entiende lo que es ser la ciudadanía española” y por su idea de “una nación española única” que impide la legalidad de las selecciones autonómicas. El representante de la formación morada, que ha denunciado el cariz político de la propuesta (la ha enmarcado en lo que el PP «considera que es ser un buen español, y con el concepto de castigar y enviar a la cárcel a quien creen que no lo es»), ha asegurado que la Selección española sería “bienvenida” en una situación “normalizada” de relaciones con el Estado, si bien ha secundado que una mayoría de los vascos silbe el himno nacional por ser “casualmente el mismo que utilizaba el Gobierno fascista de Franco”.
El representante de Podemos defiende que se silbe el himno español porque «casualmente es el mismo que utilizaba el Gobierno fascista de Franco»
Se da la paradoja de que el nacionalismo rechaza con todas sus fuerzas la presencia de España en San Mamés pero, por contra, abraza con entusiasmo la celebración de la Euro 2020 en Bilbao, pese a que esta cita supondrá que España juegue como anfitrión en caso de que el combinado de Lopetegui se clasifique, como todo hace indicar. De ser así, la Catedral, con una capacidad superior a los 50.000 espectadores, será la casa de España para los tres partidos de la fase previa de la Eurocopa (y un cuarto encuentro correspondiente a los octavos de final) en su condición de única sede española de un torneo con 13 sedes repartidas por el Viejo Continente. De este modo, el himno español sonará por megafonía en el estadio.
El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto (PNV), quien reniega de la presencia de la Selección española en la ciudad, no ha dudado en celebrar por todo lo alto junto al presidente de la Federación española, el también bilbaíno Ángel María Villar, la llegada de la Euro 2020 a la capital vizcaína. Fue en la presentación de la imagen de Bilbao para esta cita, en un acto que contó con la presencia del presidente de la UEFA, Alekxander Ceferin. No obstante, el regidor ‘jeltzale’ obvió en su discurso la más que segura presencia de la Selección española como anfitrión para centrar su mensaje en el “prestigio y proyección” internacional para la ciudad y en sus beneficios extradeportivos.
Bilbao será sede de la Euro 2020 y acogerá los tres partidos de la Selección española como anfitriona
Frente al sempiterno discurso nacionalista de que la Selección de España no sería bien recibida en el País Vasco, Ruiz ha apuntado al “miedo escénico” que existe dentro del nacionalismo a que “se pueda colgar el cartel de no hay billetes” en San Mamés, algo que “rompería muchos esquemas que se han ido construyendo a lo largo de los años”. El portavoz del PP ha llegado a exhibir una camiseta de la Roja con la publicidad ‘España en San Mamés’ a modo de protesta por este «veto» durante el intenso debate plenario, en el que ha habido un fuego cruzado de mensajes sobre «antiespañoles» y «antivascos». En su discurso, ha incidido en los “múltiples” beneficios de la presencia del combinado nacional, ya sea a nivel deportivo, económico o de “normalidad política”. A este respecto, ha apuntado que la Vuelta Ciclista de España pisó suelo bilbaíno el pasado año “con absoluta normalidad”, sin incidentes y con respaldo del público.
En representación de España, Bilbao se ha consolidado como sede de importantes competiciones internacionales. La capital vizcaína ha acogido en los últimos años el Mundial de Baloncesto en 2014, con la presencia de Estados Unidos, o el de Bádminton Júnior, y el próximo año será sede de la Champions de Rugby, la primera vez que esta competición pisa terreno español, gracias al respaldo dado por la Federación española de este deporte. Asimismo, ha sido sede de la Copa del Rey de Baloncesto en 2010 o la Copa de España de Fútbol Sala femenino en 2013.
La ultima vez que la Selección española de fútbol saltó al césped del hoy derruido San Mamés fue en 1968 para jugar contra Turquía, con motivo de la clasificación para la Eurocopa de ese año. «No existe ninguna razón objetiva, más allá del sectarismo político, que impida que España pueda disputar un partido en San Mamés», asevera Ruiz, que no ha sacado adelante su iniciativa para instar a la Diputación de Vizcaya como socia de la sociedad San Mamés Barria a que «promueva e impulse en su consejo de administración la petición ante la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para que el estadio de San Mamés acoja lo antes posible un partido de la Selección de España de fútbol».
La propuesta del PP ha contado con el apoyo del PSE, socio de gobierno del PNV en la Diputación de Vizcaya, que ha apelado a “hacer normal lo que es normal”. En todo caso, el juntero socialista Ignacio Jerónimo ha querido dejar en un segundo plano las lecturas políticas de la presencia de España en San Mamés para priorizar los aspectos “deportivos y económicos”. En este sentido, ha afirmado que la presencia de la Roja es una “oportunidad” para “rentabilizar la inversión” que se realizó para levantar el nuevo campo del Athletic. En este discurso de la lógica “empresarial” ha incidido para dar su apoyo a la propuesta del PP Arturo Aldeoca, del Grupo Mixto, quien ha advertido de que están «haciendo el canelo» porque “otros lugares están encantados” de la polémica en el País Vasco porque “tienen un rival menos para acoger a la Selección”.
Mientras el PNV reivindica de palabra la oficialidad de la selección vasca de fútbol, los hechos demuestran que el público cada vez da más la espalda a esta reivindicación. El último encuentro de la Euskal Selekzioa, en diciembre contra Turquía, apenas reunió a 15.000 espectadores en San Mamés, donde la selección vasca se ha refugiado en los últimos años tras el escaso ambiente en otros campos. Una afluencia muy por debajo de los 40.000 espectadores de 2014 contra Cataluña o de los 27.000 de un año antes contra Perú. Ante el ambiente desangelado reinante, incluso los propios jugadores pusieron en entredicho la celebración de este encuentro. “Hay que dar una vuelta a este partido porque ha sido muy triste”, afirmó el delantero del Athletic Andoni Aduriz.