EL MUNDO – 11/09/14
· El Parlamento británico está elaborando un plan de contingencia ante la posible victoria del sí en el referéndum de Escocia.
· La compañía aseguradora Standard Life anunció ayer que podría trasladar su sede de Edimburgo a Londres, mientras la compañía petrolera BP advirtió que los intereses de la industria están mejor servidos «dentro del Reino Unido».
Según reveló la cadena Sky News, los miembros de la Cámara de los Lores y de los Comunes han sido contactados para comunicar su paradero justo después del 18 de septiembre, en el caso de que se convocara una sesión de emergencia en Westminster.
El Banco de Inglaterra también ha elaborado su propio plan de contingencia en el caso de que el voto favorable a la secesión provocara la inestabilidad en los mercados, según ha reconocido el gobernador Mark Carney. Los expertos temen que la victoria del sí provoque una caída libre de la libra esterlina y una retirada masiva de dinero de los bancos escoceses.
La compañía aseguradora Standard Life anunció ayer que podría trasladar su sede de Edimburgo a Londres, mientras la compañía petrolera BP advirtió que los intereses de la industria están mejor servidos «dentro del Reino Unido».
A pesar de la creciente inquietud política y económica, Downing Street insiste en que no hay un plan de contingencia a nivel de Gobierno, ni siquiera tras las recientes encuestas que revelan una ventaja del sí o un empate técnico. A falta de una semana para la consulta, una nueva encuesta, de Survation para el Daily Record da sin embargo una victoria al no de seis puntos (53% frente al 47%) y concede un balón de oxígeno a los unionistas, coincidiendo con la incursión de «emergencia» de los tres líderes nacionales en Escocia.
David Cameron llevó ayer el mensaje unionista al mismísimo Edimburgo, mientras el líder de la oposición Ed Miliband se centró en el bastión laborista de Glasgow. El viceprimer ministro, el liberal-demócrata Nick Clegg, fue el menos visible en su recorrido por la provincia de las Fronteras Escocesas.
Pese a la llamada a la unidad, cada cual hizo campaña por su lado, aunque no se descarta una última aparición conjunta bajo la línea de meta. Cameron volverá en cualquier caso a Escocia el 15 de septiembre y ese mismo día pronunciará el discurso que se espera sea definitivo. En el anticipo de ayer, el premier británico advirtió a los escoceses que la independencia sería «un salto en la oscuridad» y prometió ceder a Edimburgo nuevos y amplios poderes si vence el no.
En un tono apasionado y autocrítico, muy distinto al usado hasta la fecha, Cameron y pidió a los escoceses que reflexionen a fondo sobre la importancia y la «dimensión» de la cita histórica del 18 de septiembre: «No estamos hablando de votar ahora y votar otra vez al cabo de cinco años. Si estáis hartos de los malditos tories, podéis darles una patada y hacer que se lo piensen otra vez. Pero esta decisión es muy distinta a la de una elección general: es una decisión para el próximo siglo».
«Me importa mucho más mi país que mi partido», confesó el premier conservador, que ha asegurado que no piensa dimitir si vence el sí. «Me preocupa este extraordinario país que hemos construido juntos, y se me rompería el corazón si esta familia de naciones saltara por los aires, después de todo lo que hemos conseguido».
«El no os garantiza un futuro brillante: lo mejor de dos mundos», concluyó Cameron, intentándole dar el tardío giro positivo a la tambaleante campaña de Better Together (Mejor Juntos). «En los próximos días escucharéis propuestas concretas, como la transferencia de poderes fiscales o la capacidad de Escocia para decidir sus gastos sociales. El sí sólo ha ofrecido hasta la fecha interrogantes».
Pese a la llamada a la apariencia de unidad, la guerra interna en el frente unionista volvió a aflorar ayer por boca de John Major. En un duro artículo en el diario conservador The Times, el sucesor de Margaret Thatcher aseguró que «nadie llorará en el Partido Laborista si se rompe el Reino Unido».
Major acusó a los laboristas de «connivencia con los nacionalistas para desacreditar a los conservadores, y por extensión a los ingleses». El ex premier conservador aseguró que «aún lo siguen haciendo» y culpó directamente al partido de Ed Miliband del fiasco de la campaña unionista y de la «narrativa de división» que se ha impuesto en la política escocesa.
Miliband decidió mirar hacia otro lado y seguir momentáneamente el guión como «escudero» de David Cameron en la incursión de emergencia en Escocia. El líder laborista visitó Glasgow, donde se ha producido una preocupante fuga de votos de sus filas hacia el sí que podría al final decidir la contienda.
El discutido líder laborista, que se juega también el ser o no ser en el referéndum de independencia, pidió a los escoceses que voten con «la cabeza, el corazón y el alma».
«Con la cabeza, porque creo que entre todos tenemos más posibilidades de crear una sociedad igualitaria y justa que si lo hacemos por separado», declaró Miliband. «Con el corazón, porque los lazos que nos unen se romperán irreversiblemente con la separación. Y con el alma, porque gracias a la solidaridad hemos podido construir grandes instituciones como el Servicio Nacional de Salud (el equivalente a la Seguridad Social)».
En la ciudad de Glasgow precisamente, se celebrará hoy jueves el gran debate de los adolescentes escoceses, que tendrán por primera vez voz y voto en el referéndum de Escocia. Más de 12.000 escoceses de 16 y 17 años, que tendrán la posibilidad de votar el 18-S, llenará el pabellón de conciertos SSE Hydro en una sesión especial que será emitida por la BBC.
Se estima que unos 125.000 votantes de esa edad podrán votar en la consulta abierta a los 4,5 millones de residentes en Escocia. La participación batirá previsiblemente todos los récords y puede superar el 80% del censo.
EL MUNDO – 11/09/14