EL MUNDO 18/06/14
· El ‘sí’ del Senado pone punto y final a la tramitación de la abdicación del Rey
El Senado aprobó ayer por 233 votos favorables frente a cinco negativos y 20 abstenciones la Ley orgánica de Abdicación del Rey Juan Carlos I. Con la decisión de la Cámara Alta se ha puesto punto y final a la tramitación parlamentaria del adiós del Monarca y se da vía libre a la sucesión en la Corona que, a partir de esta medianoche –a las 0.00 horas del día 19–, recaerá en Felipe VI.
Resta ya un solo paso que corresponde al Rey saliente: firmar y sancionar la norma. Se producirá esta misma tarde, en el Salón de Columnas del Palacio Real, en una ceremonia breve pero solemne a la que asistirán las más altas autoridades del Estado, los padres vivos de la Constitución y los ex presidentes del Gobierno, entre otros. Será el último acto de Juan Carlos I como Jefe del Estado.
No ha habido dificultades para que los representantes de la soberanía popular den, por primera vez en la Historia de la Monarquía española, autorización al Rey para que lleve a cabo su voluntad de abdicar. La decisión de Don Juan Carlos ha sido respaldada por los dos grupos mayoritarios, además de UPyD, UPN y Foro Asturias, lo que ha garantizado abrumadoras mayorías próximas al 90% tanto en el Congreso como en el Senado.
Ayer, en la Cámara Alta, se escucharon idénticos argumentos a los expresados una semana antes en el Congreso de los Diputados. La principal diferencia residió en la expectación y en la solemnidad que se imprimió a la sesión y que en buena medida vino marcada por el hecho de que el Gobierno acudió con una representación mínima. Sólo asistieron los ministros de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón; de Educación, José Ignacio Wert, y de Trabajo, Fátima Báñez.
La otra diferencia sustancial fue que, esta vez sí, los tres grupos que habían presentado vetos pudieron defenderlos. Fueron Izquierda Unida, ERC e ICV. Los tres resultaron rechazados por mayorías aplastantes. El representante de IU llegó a pedir la abdicación del Rey «en el pueblo»; la senadora de ERC advirtió que Cataluña acabará convirtiéndose en una república y el portavoz de ICV destacó que «la Transición como instancia legitimadora no da más de sí».
De nuevo, como ya sucedió en el Congreso de los Diputados, las dos grandes fuerzas políticas –PP y PSOE– formaron frente común no sólo para apoyar la abdicación sino también para reivindicarse como «refrendatarios» del pacto constitucional del 78, ensalzar la figura de Juan Carlos I y expresar su «lealtad» al inminente Felipe VI.
Para ellos no cabe reclamar un referéndum –como pidieron las tres fuerzas discrepantes más Amaiur– para que los ciudadanos opten entre Monarquía o república, porque algo así, en su opinión, queda completamente al margen de las reglas de juego que establece la propia Constitución aprobada por la inmensa mayoría de los españoles.
Tampoco la posición de nacionalistas vascos y catalanes se diferenció ni un ápice de la que ya expresaron en la Cámara Baja. En el Senado también optaron por la abstención. Para ellos lo esencial fue reclamar una vez más el derecho a decidir, porque aseguran no encajar ya en un Estado que pretende uniformizarles y al que no se sienten unidos por lazos de confianza.
El PP, por boca de su senador José Manuel Barreiro, expresó su «gratitud y reconocimiento» a Juan Carlos I. «Aquí si hay un súbdito es el Rey: lo es de las leyes, lo es de los ciudadanos y lo es del país».
Para el popular, «la Monarquía da al país garantía de estabilidad porque está al margen de las tensiones partidistas». El PP, en este sentido, reafirmó ayer su «compromiso con la Constitución y con la Monarquía parlamentaria» y, aunque concedió que en una democracia se puede debatir todo y cambiarlo, siempre corresponde hacerlo dentro del marco constitucional.
En este punto también incidió el socialista Marcelino Iglesias para quien las reformas siempre deben producirse, parafraseando a Torcuato Fernández Miranda, «de la ley a la ley». Iglesias no renunció a reiterar que el PSOE apuesta por emprender el camino de una revisión de la Carta Magna para adecuarla, aseguró, a las nuevas circunstancias del país, que no son las mismas que las de 1978.
Él, como el senador del PP, hizo hincapié en que el de ayer no era un Pleno para elegir el modelo de Estado, ni para contraponer monarquía a democracia. «Lo que no es democrático, y mucho menos responde al espíritu republicano», recalcó, «es no cumplir la ley».