EL MUNDO 03/03/14
· Una fundación de CDC fija la política migratoria que tendrá Cataluña si se independiza.
Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), el partido de Artur Mas, batalla por conseguir realizar una consulta soberanista mientras sigue proyectando las estructuras de un futuro Estado catalán. La fundación Nous Catalans, afín a la formación y dedicada a entablar relaciones con asociaciones de inmigrantes extranjeros, ha realizado un documento sobre cómo debería ser la política de inmigración en la Cataluña independiente, que en principio no afectaría a los ciudadanos españoles.
El escrito, que el sábado se completó con propuestas de las entidades de inmigrantes, se debe presentar y debatir en el Consejo Nacional del partido en dos semanas. En él, la fundación realiza varias propuestas para «gestionar los flujos migratorios» que necesita Cataluña, partiendo del hecho del «bajo índice de natalidad de los catalanes» y con el objetivo de «asegurar el crecimiento industrial y económico».
Cataluña «necesitará seguir atrayendo nuevos ciudadanos» del resto del mundo, dice el informe. Y para regular «una política migratoria propia», la fundación propone que «la futura obtención de la nacionalidad catalana» se supedite a que los inmigrantes acrediten «un conocimiento mínimo de lengua, historia y cultura catalanas». Además, deberán comprometerse a «respetar valores como la igualdad de género, la libertad individual, la democracia, el respeto a los derechos humanos o la lucha contra el racismo y la xenofobia».
El documento señala que se debería hacer «un proceso extraordinario de reconocimiento de la situación legal» de los inmigrantes que «acreditasen la residencia permanente, trabajo e integración» antes de la independencia. En este sentido, quieren dar plenas garantías a los trámites iniciados para obtener los permisos de residencia o nacionalidad antes de la proclamación del Estado catalán y mantener los convenios que tiene España con otros países por motivos de doble nacionalidad.
También se fijan los criterios para que los colectivos de inmigrantes puedan ser ciudadanos catalanes. De esta forma, además de los requisitos de conocimiento de lengua y cultura catalana, se pedirá un tiempo mínimo de residencia continuada: cinco años por regla general, pero sólo dos si se trata de un ciudadano andorrano o nacido en los territorios considerados como Països Catalans–en zonas no españolas, como l’Alguer, en Italia– o tres si ha habido matrimonio con un catalán.
En este documento también se establece la creación de un «visado especial de 24 meses» para estudiantes extranjeros que han finalizado sus estudios en Cataluña y se quieren quedar. Además, se propone eliminar «el veto del Gobierno español al aeropuerto de Barcelona para operar con vuelos directos internacionales de 23 países». También se apuesta por cerrar los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE) y por la creación de lugares «humanamente dignos» para las personas que esperan la repatriación, «gestionados por entidades sociales en vez de la actual gestión policial».
También se establecen las medidas para la formación y ocupación de los inmigrantes, las ayudas económicas a los más pobres y las coberturas en sanidad y educación. «A diferencia del Estado español, en Cataluña se seguirá garantizando la cobertura sanitaria para todos los que estén empadronados», indican.
Otro de los puntos importantes del documento indica que se intensificará la enseñanza de la cultura, la historia y la lengua catalanas entre los colectivos de inmigrantes utilizando las asociaciones y los espacios públicos, como bibliotecas o centros cívicos. Además, se pretende «aprovechar el potencial de penetración que tienen entre los colectivos de inmigrantes los diferentes sitios de culto religiosos, como iglesias, mezquitas o sinagogas» para difundir el catalán y la cultura.
EL MUNDO 03/03/14