Aníbal nos envía este relato acerca de los verdaderos orígenes del Plan de La leche, también llamado parábola del follador.
Juanjo está tomando un colodrio con su amigo Pepe.
De repente, saca un sobre del bolsillo y se lo mete a Pepe en su chaqueta.
Pepe: -¿Qué has hecho?
Juanjo: -He pensado un «plan» para que tú y yo compartamos a tu mujer, lo he escrito y te lo he puesto en el bolsillo.
Pepe, sin mediar palabra le atiza una «leche» (Por eso desde entonces se conoce el «Plan de la leche«)
Juanjo: -Eres un prepotente y un intransigente. Mi propuesta es lícita, porque entre amigos, se puede plantear cualquier cosa, siempre y cuando se haga correctamente, como lo he hecho yo, y se dialogue. Lo que te pasa es que tú no quieres dialogar, porque en el fondo tienes miedo de que tu mujer esté deseando acostarse conmigo. Yo no creo que suponga una ruptura entre nosotros, ni que pueda afectar a tu matrimonio, y deseo que sigamos siendo buenos amigos. Además, te propongo en mi plan unas normas de regulación de nuestras relaciones, de forma que si en un momento determinado coincidimos los dos para acostarnos con tu mujer, yo decidiré con quién se acuesta, para garantizar un cumplimiento ordenado de lo que hemos acordado…
En este momento, a Pepe, cuya cara de sorpresa iba en aumento, se le cayó el puro de la boca, y se desplomó patas arriba de la silla fulminado por un infarto. El plan de La leche había triunfado…
O eso al menos creyó Juanjo. Pero no contaba con la viuda de Pepe, que era de armas tomar.
19/11/2003