- Se trataría de una forma de consulta, acaso unida a las elecciones, que supondría alumbrar lo que el entonces ministro Campos anunció en su día: un proceso constituyente. Es un plan bien ahormado que elude las previsiones constitucionales ya que no reformaría la Constitución, la superaría
Habrá quien considere a Sánchez tonto o vacío de ideas. Es un error. Puede que no sea inteligente, pero es listo, hábil en la añagaza, y atento a aquello que le favorece. Experto en la utilización de sumisos eventuales de los que prescinde sin pestañear cuando le conviene, deben poner sus barbas a remojar quienes se sienten seguros en sus poltronas. Ministros como Ángel Víctor Torres y Fernando Grande-Marlaska, y la presidente del Congreso, Francina Armengol, no tienen asegurado su futuro. Tampoco el segundo de Sánchez en el partido, Santos Cerdán. Creo que a Corredor le quedan pocos telediarios. Incluso prescindiría de Bolaños, hoy todopoderoso, si un día sumase con ello una ventaja o evitase un problema. Con Sánchez nadie está a salvo-
¿Adelantará Sánchez las elecciones? Esta es la gran pregunta. Amagó, recientemente hizo un año, con tirar la toalla cuando se aisló para meditar si abandonaba. Nadie se lo creyó, pero él decidió algo sin precedentes en democracia: abandonar unos días sus responsabilidades. Luego anunció que seguiría. Y pidió audiencia al Rey para informarle de la patraña. Supongo que la comprensión del monarca le llevó a recibirle en Zarzuela, sabiéndose utilizado en una operación personalísima e irregular. Entonces no lo entendí. Sánchez que no cumple como sus antecesores el ritmo de despachos con el monarca, le utilizó en su beneficio propagandístico no en el interés de la nación.
Desde la penosa imagen de Sánchez huyendo de Paiporta, dejando al Rey solo, su desapego con el titular de la Corona es apreciable para cualquiera con una mínima visión política. Se comentó en su día su inasistencia al funeral del Papa Francisco y no es tema baladí. Sánchez, tan ditirámbico en sus elogios al Papa fallecido, no asistió por no acompañar al Rey y quedar en un segundo plano. Envió a Marisu y a Yolanda que aprovecharon para hacerse selfies; qué impropio. A estas divas de pacotilla no se les puede sacar de contexto. Una periodista, considerada por ella misma y algunos memos, experta en la Casa Real, aclaraba, para echar un cable a Sánchez, que a los monarcas y jefes de Estado asistentes al funeral no les acompañaron sus primeros ministros, lo que es falso; una gran mayoría sí lo hizo.
Otro motivo de la ausencia de Sánchez en el Vaticano fue no coincidir con los líderes europeos ni con Trump, y así no recibir críticas por su viaje a China. Su último ataque –o penúltimo, nunca se sabe– a los intereses de España y al bolsillo de los españoles fue anular el contrato con una empresa israelí en su etéreo plan para la Defensa. El contrato se había publicado en el BOE. No hay precedentes. Tendremos que pagarlo a muy alto precio. Y todo porque IU, no Yolanda, amenazó con abandonar el Gobierno. Yolanda se apuntó el tanto pero no hizo nada. Su aspiración es seguir ampliando su ropero desde un futuro escaño socialista como pago de su sumisión a Sánchez. No debería fiarse. Podría ser materia desechable; es conocida la debilidad de sus fidelidades hacia quienes la ayudaron en sus ascensos políticos.
Sánchez no convocará elecciones si puede resistir. Hará lo que sea; ya lo vemos en cada decisión por perjudicial que resulte para nuestro país. Pero hay un tema al fondo que nos afecta directamente: su plan oculto. Se ha hablado de ello, pero sin precisiones. Parecen conocerlo sólo él y su entorno, aunque lo maliciemos no pocos. Se trataría de una forma de consulta, acaso unida a las elecciones, que supondría alumbrar lo que el entonces ministro Campos anunció en su día: un proceso constituyente. Es un plan bien ahormado que elude las previsiones constitucionales ya que no reformaría la Constitución, la superaría. La reacción de Conde-Pumpido respondería a su servidumbre habitual.
Un precedente: Francina Armengol acogió en el Congreso, a petición de Sumar, un «Encuentro Estatal de Ateneos, Organizaciones, y Colectivos Republicanos», con el objetivo de «elaborar y someter a la discusión de la ciudadanía un proyecto de Constitución de la III República Española». Se pidió incluir en las programaciones sobre el franquismo «actos que aborden el vínculo entre la monarquía y la dictadura». Más claro agua. Y no es el único acto chocante autorizado por Armengol. También se celebró en el Congreso una jornada apoyando al terrorismo yihadista, glorificando el ataque a pacíficos ciudadanos israelíes desde la franja de Gaza con casi 1.400 asesinados. Y el Congreso acogió, además, otra jornada contra la «criminalización de la protesta», en defensa de los radicales de izquierda condenados por el Tribunal Supremo tras el asalto a un mitin de Vox en Zaragoza en el que fueron heridos policías, uno de ellos de gravedad. Sabíamos que Armengol es partidaria de una consulta Monarquía-República, pero preside la institución en la que se residencia la soberanía nacional y representa a todos. Debería aparcar sus ideas particulares en la puerta del Congreso.
El plan oculto de Sánchez tiene como objetivo a la Monarquía y a su titular. Desconozco si Felipe VI es consciente del riesgo. El plan dejará de estar oculto cuando Sánchez crea asegurada su eficacia. Cuenta con una ciudadanía dormida que lo consiente todo; cuando quiera reaccionar será tarde. Y la oposición, ensimismada, cree enfrentarse a una situación democrática. También se desperezará tarde.
Como colofón me pregunto por qué Feijóo no apareció en Sol el 2 de Mayo, una celebración a fecha fija. Desde hace tiempo se sabía que no asistirían ni el Gobierno central ni la oposición a Ayuso. Era una coyuntura ideal para el jefe de la oposición. Mejor no profundizar en el asunto.
- Juan Van-Halen es escritor y académico correspondiente de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando