- Garantías como las que conllevaba el acuerdo sobre tierras raras, que liga estrechamente a EE.UU. con Ucrania, incluyendo presencia masiva de personal estadounidense e importantes intereses compartidos a largo plazo
La primera y mejor opción para Ucrania y para el mundo es que el héroe vuela a ser útil, regrese a Washington y firme el acuerdo que despreció. A continuación las otras opciones:
Segunda: continuar con la guerra, pero sustituyendo por terceros europeos a su mayor financiador a fondo perdido. Es inverosímil que un grupo de países europeos alcance ni de lejos el montante y calidad del auxilio americano. Además, el armamento con el que EE.UU. provee a sus clientes o beneficiarios sigue necesitando al país proveedor para el mantenimiento y repuestos. La mayor mancha de esta opción (una mancha roja que se extiende como el aceite) es que la máquina de triturar jóvenes continúa funcionando. Invito a los partidarios de la guerra a preguntarse si se le puede ganar a Rusia, vencerla, arrodillarla. O si más bien…
O si más bien debemos concluir que la heroica resistencia Ucraniana ha impedido la invasión de su país y permite ahora una negociación realista donde Ucrania, desde ya, frena la sangría, vuelve a su situación territorial preguerra e inicia su recuperación con garantías efectivas sin adscripción a la OTAN. Garantías como las que conllevaba el acuerdo sobre tierras raras, que liga estrechamente a EE.UU. con Ucrania, incluyendo presencia masiva de personal estadounidense e importantes intereses compartidos a largo plazo. Valga decir que Ucrania no ha explotado hasta ahora, ni tenía planes de explotar, sus tierras raras. Con EE.UU. se sube a un negocio 50/50. EE.UU. se cobraría así su ayuda y ya no sería a fondo perdido. En efecto. Por otra parte, Europa no le ha dado a Ucrania ninguna ayuda a fondo perdido, ni prevé dársela en el futuro. Son todo créditos.
Tercera opción: Zelenski sigue el camino que vamos viendo, el que inició en el Despacho Oval, y deposita su confianza en Europa antes que en EEUU. No en la UE, pues el protagonista de la nueva vía es el primer ministro británico. El espectador poco atento inferirá alguna forma de implicación de la OTAN en esta vía dada la presencia de su secretario general en la primera reunión del heteróclito grupo. Nada más lejos de la realidad. Todas las declaraciones de Rutte, antes y después de que Starmer y Macron empezaran a plantear su alternativa, van en la misma línea: Zelenski se tiene que entender con EE.UU. ¿Alguien espera otra cosa de la OTAN, organización que financian básicamente los EE.UU.? Esta vía consiste, seamos claros, en apostar por algo muy parecido al entendimiento con EEUU, pero sin el protagonismo de los EE.UU. Trump, ante esto, solo puede sentarse a mirar, a ver cómo se las ingenian. El mayor problema de esta opción, y su mayor desventaja frente al de Trump, es que en realidad no existe ningún plan, sino solo una tendencia, una orientación previa al abordaje del problema, una inclinación a apartar a Trump de la capitalización de la paz para ponerse ellos en la foto.