EL CORREO 05/07/14
· El Euskobarómetro dibuja un Parlamento más nacionalista que nunca, en el que irrumpiría por primera vez Podemos
El PNV volvería a ganar de forma cómoda las elecciones autonómicas, incluso aumentaría algo su distancia respecto a su principal perseguidor, EH Bildu, según el último Euskobarómetro. La encuesta realizada por el Departamento de Ciencia Política de la UPV evidencia también el desplome de socialistas y populares, que bajan a niveles de hace dos décadas. El nuevo Parlamento, que ofrecería una imagen muy fragmentada y más nacionalista que nunca, vería el regreso de Ezker Anitza, la permanencia de UPyD y, especialmente, el debut de Podemos.
El sondeo está realizado entre los días 30 de abril y 19 de mayo. Es decir, no tiene en cuenta el resultado de las europeas, el arrollador éxito obtenido en esa cita por la plataforma impulsada por Pablo Iglesias ni el terremoto que ha provocado en el PSOE. Además, por primera vez no ofrece datos territorializados ya que el tamaño de la muestra, 600 entrevistas frente a las 1.200 habituales, no daba garantías técnicas para hacerlo.
Aun así, lo que demuestra el Euskobarómetro dirigido por Francisco Llera es que se acentúa la tendencia de las autonómicas de octubre del 2012, con un nacionalismo en continuo ascenso y un PSE y PP que siguen en caída libre y que parecen no tocar suelo. La encuesta también indica que el 70% de los entrevistados tienen definidas «sus preferencias» electorales y que la única opción «viable» de Gobierno pasa por el PNV. Una posible alianza de izquierdas también llegaría a 38 escaños, el mínimo para la mayoría absoluta, pero que EH Bildu, PSE, Ezker Anitza y Podemos unan sus fuerzas no parece un escenario realista.
La formación de Andoni Ortuzar aumentaría en dos escaños su actual representación al pasar de 27 a 29 escaños. Sin embargo, el PNV perdería algo de apoyo. Según la muestra, de los más de 383.000 votos obtenidos en 2012 pasaría a cerca de 350.000. De poder confirmarse estos datos, se demostraría que el Gobierno de Iñigo Urkullu apenas sufre desgaste a mitad de legislatura.
De hecho, el porcentaje de vascos que valora de forma positiva la gestión del Ejecutivo aumenta en un 7% respecto a la anterior encuesta, hasta llegar al 29% de la población. Por contra, los que tienen una visión negativa caen un 9%, hasta el 19%. La nota media del Gabinete Urkullu es de un 5,2. De forma sorprendente, recibe el aprobado de los votantes de Ezker Anitza (5,5) y PP (5,1). La más baja procede de los de EH Bildu (4,6).
La segunda posición consolidada seguiría siendo para la coalición soberanista, a la que le quedaría una sensación agridulce. Por un lado, crecería de forma moderada respecto a hace dos años al subir de 21 a 22 escaños, pero vería cómo el PNV se le alejaría un poco más y también perdería apoyo en las urnas al pasar de los 276.000 a los 250.000 votos. La suma de las fuerzas nacionalistas llegaría a los 51 parlamentarios, es decir, dos tercios del total, un porcentaje desconocido. Por contra, las fuerzas contrarias al derecho a decidir –PSE, PP y UPyD– apenas tendrían 20 representantes.
A mucha distancia del PNV y EH Bildu quedan los socialistas. La formación liderada por Patxi López se queda en los 12 escaños, cuatro menos que en 2012. Para encontrar algo parecido hay que remontarse a 1994. Los socialistas se quedan en 160.000 votos. Es decir, desde 2009, en la elecciones que situaron a López en Ajuria Enea, habrían perdido la mitad de los votos. Su declive parece no tener fin. Sólo comparándolo con lo sucedido en 2012, la sangría es de 50.000 votos. Y eso que cuando se realizó la encuesta no se había abierto la batalla sucesoria ni se habían producido las dimisiones de Alfredo Pérez Rubalcaba y Patxi López. Sin embargo, seguiría siendo una fuerza fundamental para posibles alianzas. La suma con el PNV da mayoría absoluta.
Retroceder dos décadas
Peor parado sale el PP. En su estreno como candidata, Arantza Quiroga se quedaría en algo menos de 100.000 votos (obtuvo 129.000 en 2012) y sólo siete escaños, tres menos que en la actualidad. Sería retroceder a 1990, cuando sacó seis asientos en el Parlamento con sólo 83.000 votos. Su papel como fuerza de la oposición sería casi testimonial.
Los votos perdidos por las cuatro principales formaciones irían, sobre todo, a la izquierda. La Cámara de Vitoria vería el regreso de Ezker Anitza tras su desaparición en esta legislatura. La marca de IU en Euskadi obtendría tres escaños y cerca de 65.000 votos, el doble que en 2012. Su éxito podría ser incluso mayor, pero la existencia de Ezker Batua le supone un freno. La formación en la que está Javier Madrazo apenas obtendría el 2% de los votos y se quedaría fuera del Parlamento.
Por la izquierda irrumpiría Podemos, que entraría con un único escaño y un 4,5% de los votos, cerca de 50.000. Sin embargo, su impacto podría ser aún mayor. El sondeo está realizado antes de las europeas, y en esos comicios, la plataforma de Pablo Iglesias alcanzó el 6,90% de respaldo entre los vascos y un crecimiento que no fue detectado por la mayoría de las encuestas. Es decir, su margen de crecimiento puede ser mayor de lo que indica el Euskobarómetro.
La última fuerza que podría estar en el Parlamento sería UPyD, que repetiría su escaño en Álava, aunque lograría algo más de apoyo.