EL MUNDO 16/01/14
· Rajoy y Quiroga acuerdan seguir trabajando con Urkullu sobre el final de ETA
El PNV y EH Bildu unieron sus votos en el Parlamento vasco para aprobar una iniciativa política que consolida los puntos de encuentro de las dos formaciones que lideraron la marcha –«estratégicamente acertada», según Joseba Egibar–, que el pasado sábado reemplazó a la prohibida por la Audiencia Nacional. El partido de Andoni Ortuzar facilitó, junto a los socialistas, la convocatoria extraordinaria de la Diputación Permanente de la Cámara vasca para facilitar la denuncia pública de EH Bildu por las detenciones de los abogados de ETA encabezados por Arantza Zulueta.
La coalición radical apoyó con sus votos un texto que alaba el «pronunciamiento relevante» de los presos etarras, donde se advierte de la «gravedad» que supone la detención de sus interlocutores y se constata la «suspensión del ejercicio del derecho de manifestación producida y la respuesta masiva ofrecida por la sociedad vasca».
El acuerdo parlamentario se produjo mientras en Madrid el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, acordaban, en un encuentro discreto, trabajar conjuntamente con el lehendakari, Iñigo Urkullu, para compartir el liderazgo institucional de los dos gobiernos en el final del terrorismo etarra.
El portavoz del PNV, Joseba Egibar, alimentó ayer las expectativas de la izquierda abertzale para consolidar una alianza nacionalista con la que presionar al Gobierno de Rajoy en la etapa final de la disolución de ETA. Ya el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, apuntaló el pasado viernes la colaboración de su partido para organizar una marcha alternativa a la ilegalizada por la Audiencia Nacional en su carácter «excepcional» y en que se celebraría de forma «silenciosa». En cambio, la manifestación que unió a los dos partidos nacionalistas después de 14 años discurrió con la reclamación explícita, con gritos constantes, del acercamiento de los presos etarras.
Joseba Egibar dejó claro que esa decisión adoptada por el PNV fue «estratégicamente acertada» y puso en valor el papel jugado por su partido tanto en la negociación mantenida junto a Eusko Alkartasuna en 1998 tras firmar el Pacto de Lizarra como en 2006 en las negociaciones políticas mantenidas en el Santuario de Loyola entre los partidos mientras el Gobierno de Zapatero negociaba con los representantes de ETA en Ginebra y Oslo.
Los nacionalistas gestionan con sutileza sus guiños a la izquierda abertzale a la vez que EH Bildu hace los suyos. Ayer, la coalición no dudó en transformar su apoyo explícito a los abogados encarcelados por su relación con ETA en una declaración más cómoda para el PNV en la que se incluye el objetivo del partido de Ortuzar de que estos debates se trasladen a un foro a puerta cerrada.
La iniciativa parlamentaria, aprobada con los votos de las dos formaciones, se produce cuando los interlocutores más cualificados de las siglas herederas de Batasuna recalcan «la altura de miras» del presidente del PNV. De hecho, el líder de Sortu, Hasier Arraiz, insistió ayer en un artículo en Deia en abrir una «nueva etapa de colaboración y entendimiento» entre ambos.