EL CORREO 22/08/13
· Egibar insiste en defender la ‘vía vasca’ para facilitar el desarme de ETA, en abierta discrepancia con Amaiur y el PSE.
BILBAO. El PNV está dispuesto a estudiar las aportaciones de los partidos al plan de paz y convivencia del Gobierno vasco, pero no parece por la labor de asumir una enmienda a la totalidad. El portavoz de los jeltzales en el Parlamento, Joseba Egibar, reiteró ayer la oferta de mano tendida en el terreno de la pacificación, convertida en piedra angular de la gestión de Iñigo Urkullu. Sin embargo, marcó profundas distancias con la petición lanzada en la víspera por el PSE para «rehacer» el documento sobre el nuevo tiempo abierto en Euskadi sin ETA por sus eventuales concesiones a la izquierda abertzale. «Cualquiera que quiera abordar desde la enmienda la corrección de ese plan lo va a tener complicado porque es potente y coherente», advirtió Egibar, en clara alusión a los socialistas vascos.
Las diferencias entre el PNV y el PSE reflejan un nuevo flanco de discrepancias en uno de los ejes de debate de la legislatura tras el cese definitivo del terrorismo. Conocidos los recelos de EH Bildu al plan de paz y el desapego sin ambages del PP, los jeltzales afrontan la recta final de la presentación de aportaciones con la certeza de que los socialistas se sienten incómodos con la actual redacción del documento, elaborado por Jonan Fernández. De hecho, el partido que lidera Patxi López ha anunciado que propondrá al Ejecutivo de Urkullu que «rehaga» la iniciativa, que contempla los retos pendientes en la consolidación de la normalidad política y la búsqueda de la convivencia social.
Los socialistas quieren una nueva redacción para evitar posibles «equiparaciones entre víctimas» y el riesgo de caer en la «ambigüedad» al examinar los efectos a cuarenta años de violencia en el País Vasco. En su opinión, el plan de paz contiene guiños que tratarían de atraer al mundo de Batasuna, en vez de mantener la exigencia sobre él por la cobertura prestada a ETA durante décadas. El portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, insistió ayer en la necesidad de que la izquierda abertzale ofrezca «al menos un reconocimiento expreso de que alguna responsabilidad ha tenido en lo que ha ocurrido en este país». «Es importante que reconozca que la memoria debe ser un elemento fundamental en la deslegitimación del terrorismo», recalcó Pastor, en un llamamiento dirigido a EH Bildu y sus marcas electorales afines para poner fin a su «intransigencia» en pacificación.
Este es el complejo panorama que aguarda al PNV en el reto de engrasar una mayoría suficiente para sacar adelante un plan de paz que, a juicio de todo el arco parlamentario, requeriría del concurso de las cuatro grandes sensibilidades ideológicas del país para ser solvente. El Gobierno vasco se ha marcado el 20 de septiembre como fecha tope para recibir las aportaciones de los partidos. La cuenta atrás ha comenzado y las posiciones parecen alejadas entre sí. Y más, si cabe, por las reticencias expresadas por el PSE, llamado a ser el socio preferente del PNV en el terreno de la fiscalidad, la estabilidad institucional y –si prospera el pacto– perfilarse como el primer aliado presupuestario de Urkullu.
«Precisa de consensos»
El PNV tampoco parece dispuesto a plegarse a las primeras de cambio a las peticiones formuladas por los socialistas sobre la consolidación del fin de ETA y la convivencia pendiente. «Estamos abiertos. Esto precisa de consensos, de compromisos. Tanto el plan de paz propiamente dicho como la ponencia, también tienen su quehacer», explicó Joseba Egibar. El portavoz jeltzale y líder del partido en Gipuzkoa consideró «complicada» la posibilidad de «enmendar» el documento sobre pacificación, pero subrayó que el cese del terrorismo hace ya casi dos años «obliga si cabe aún más a los partidos con responsabilidades institucionales a asentar las bases que permitan canalizar el pasado sin olvidarse de analizar la memoria». «Ahí hay trabajo y creo que el plan del Gobierno va a ser la guía por la que nos vamos a mover nosotros como PNV», avisó Egibar, que abogó por «el respeto de los derechos humanos de todas las personas».
Pese a su llamamiento al entendimiento, las discrepancias en el nuevo tiempo sin violencia siguen siendo notables. PNV, Amaiur y PSE ratificaron ayer sus diferentes hojas de ruta para encarar el desarme pendiente de ETA. Egibar defendió la ‘vía vasca’, en línea con la propuesta lanzada por Andoni Ortuzar en un intento por romper «el bloqueo» provocado por el inmovilismo del Ejecutivo de Rajoy y la falta de nuevos gestos entre los etarras. El líder del EBB planteó que la banda terrorista entregue sus armas a las institucio-
nes vascas o «a una representación de este país». Incluso, Ortuzar se permitió la ironía al apuntar que la organización armada podría deshacerse de sus arsenales frente a la Diputación de Gipuzkoa, gobernada por Bildu, porque igual les cae más «simpática». Egibar matizó ayer que la conocida como ‘solución vasca’ busca establecer «un modelo, un procedimiento y un protocolo para que ETA, desde esa decisión adoptada con la izquierda abertzale desde la unilateralidad, haga el recorrido completo» en la entrega de las armas o su decomiso. «Y eso tiene que ser de forma ordenada. Para que sea así, la unilateralidad precisa de algún acompañamiento o complemento», indicó el portavoz del PNV.
Mientras el PSE entiende que el desarme debería producirse ante el Gobierno central, al que considera «la institución competente», la izquierda abertzale reiteró ayer su rechazo a la ‘solución vasca’ planteada por Ortuzar y remarcó sus diferencias con el PSE, que exige una entrega sin concesiones. El diputado de Amaiur en el Congreso Iker Urbina defendió que el «proceso» abierto tras el cese de la violencia se aborde «con seriedad» y desde una perspectiva «integral», en la que participen «todos los agentes políticos, sociales y económicos». Urbina puso la pelota en el tejado del PP al emplazar al Ejecutivo de Rajoy a dar «los pasos más importantes» por su supuesta «mayor responsabilidad» en el «bloqueo» actual.
El representante de la coalición soberanista señaló que ETA, a su juicio, ha dejado «claro» que tiene «voluntad» de llevar «hasta el final» su disolución definitiva y afirmó que le gustaría escuchar eso mismo «a otros agentes del proceso». «Tenemos que ser conscientes de que, para sacar esto adelante, hay que dar pasos entre todos», destacó Urbina, aunque delegó los gestos de mayor calado en el Gobierno central.
EL CORREO 22/08/13