La decisión de varios alcaldes de Bildu de impedir la entrada a los escoltas que protegen a los ediles del PSE y del PP en ayuntamientos como los de Andoain y Lasarte continuó ayer generando una cascada de reacciones.
A las críticas de socialistas y populares se sumó el presidente del Euzkadi buru batzar, Iñigo Urkullu, quien recalcó que todas estas medidas -incluida la retirada de los arcos de seguridad- «deberían hacerse de otra manera». «No me parece de recibo que se hayan puesto en práctica sin hablar, sin dialogar, sin consensuar las consecuencias de esas medidas», apuntó el dirigente jeltzale en una entrevista en ‘Europa press’.
Tras enmarcar estas iniciativas en «la distensión» de la amenaza de la violencia y el terrorismo, Urkullu sostuvo que eso no tiene que «cegarnos y hacer que perdamos de vista que existe una organización terrorista activa y que, por mucho que esté en una actitud de alto el fuego permanente y verificable, no se conoce el anuncio del cese definitivo».
En una línea similar, el portavoz del PSE, José Antonio Pastor, recordó que ETA «no ha desaparecido», como lo demuestra la detención el pasado jueves en Francia del supuesto terrorista Iñaki Domínguez con material para activar decenas de bombas. Sobre la decisión de Bildu de impedir la entrada de escoltas, el dirigente socialista recalcó que los alcaldes de la coalición soberanista «apuntan malas maneras». «Es como ver una fotografía antigua», indicó Pastor.
A pesar de estos reproches, Bildu no piensa modificar su propuesta. De hecho, la alcaldesa de Andoain ya ha enviado la notificación oficial a los concejales del PSE y del PP advirtiéndoles de que «los agentes de seguridad privada que les acompañan» deberán permanecer fuera. Ademas, uno de los integrantes de Bildu, Alternatiba, destacó ayer a través de un comunicado que es «un acierto dejar las armas fuera de las instituciones».
La coalición sí contó con el respaldo de Aralar. Su coordinador, Patxi Zabaleta, opinó que supone «un reflejo positivo de una evolución» hacia la normalización política, mientras que la portavoz parlamentaria, Aintzane Ezenarro, criticó el «empecinamiento en hacer polémica» con esta cuestión.
EL CORREO, 19/6/2011