El PNV cuestiona la «firmeza» de la apuesta de la izquierda abertzale por la democracia

Los jeltzales sienten como una «clara amenaza» las quejas de Bildu sobre los pactos para quitarles alcaldías

A un día de la constitución de los ayuntamientos vascos, Bildu ha logrado ya colmar la paciencia del PNV. El tono que han utilizado en público representantes de la coalición a modo de advertencia contra los jeltzales ha caído como un jarro de agua fría en Sabin Etxea. Es más, los peneuvistas están convencidos de que la izquierda abertzale -integrante mayoritaria de la alianza junto a EA y Alternatiba- no ha logrado aún desembarazarse de los ‘tics’ del pasado ni interiorizar la cultura democrática, pese a la apuesta que formalmente han hecho por las vías políticas y pese a su legalización en el Constitucional, que el PNV defendió con ardor.

El detonante del monumental enfado ha sido una rueda de prensa ofrecida el pasado miércoles por tres candidatas de Bildu en Vizcaya, aunque ya con anterioridad el propio Iñigo Urkullu había denunciado las «presiones» de la izquierda radical a sus candidatos en aquellas localidades donde el PNV puede hacerse con el bastón de mando, aun cuando Bildu fuera la fuerza más votada. No en vano, en Elorrio aparecieron pasquines con el logotipo oficial de la coalición en los que se hacía referencia de forma despectiva a la candidata jeltzale y posible futura alcaldesa, y, sobre todo, al único edil popular, que impedirá con su voto un Consistorio liderado por Bildu. Las cabezas de lista de la alianza soberanista en ese municipio vizcaíno y en otros dos en parecida situación -Sopelana y Lemoa- convocaron a los medios para denunciar que, pese a su posición «aparentemente neutral», el PNV pretende «usurpar» esas tres alcaldías «con la colaboración encubierta de PSE y PP». A renglón seguido, advirtieron de que la estrategia jeltzale de presentar a sus candidatos en todas las instituciones y votarse a sí mismos «tendrá consecuencias».

EN DISCORDIA

Elorrio

Ganó Bildu: el apoyo del popular Carlos García garantiza que la jeltzale Ana Otadui salga elegida.

Sopelana

Bildu, fuerza más votada: con seis concejales, como el PNV. El PP apoyará a los jeltzales, pero no gobernarán si el PSE no le imita.

Lemoa

Victoria de Bildu: solo si el edil del PSE vota al PNV los jeltzales descabalgarían a Bildu.

Llodio

Ganó Bildu: el PP unirá sus votos al PNV. Pero para salir elegido, el jeltzale Mikel Lasa necesita el apoyo del PSE o de Omnia.

Markina

Ganó el PNV pero no gobernará. Bildu ya ha anunciado un acuerdo con el concejal de Aralar.

Muxika

PNV, el más votado: dependerá del sentido del voto del representante de Muxika Garbi.

Gatika

Victoria del PNV: los jeltzales denuncian que Bildu quiere votar a Gatikako Talde Independientea para quitarles la Alcaldía.

Ortuella

Victoria jeltzale: el PNV ve a Bildu dispuesto a apoyar al PSE, que gobernaría en ese caso.

Orio

Ganó el PNV: Bildu gobernaría si pacta con los independientes.

La dirección del PNV se ha tomado esas declaraciones como una «clara amenaza» y ha decidido exteriorizar su preocupación. El líder del partido en Vizcaya, Andoni Ortuzar, hizo pública una nota para denunciar el «cinismo descarado» y la «amenaza impropia de representantes democráticos» que destilan, a su juicio, las palabras de Bildu. Es más, consideró que el mensaje, unido al tono «amenazante, chulesco y que pensábamos era del pasado», lleva a su partido a «poner en duda si la apuesta de la izquierda abertzale por las vías exclusivamente democráticas es todo lo firme que debiera».

Aunque en Elorrio parece claro que el PNV gobernará, en Sopelana y Lemoa necesita el voto del PSE, algo que los socialistas vascos aseguran que no harán al no haberse alcanzado un pacto global en Euskadi. En la misma situación está Llodio, donde, además del voto asegurado del PP, es preciso el concurso del PSE o de la agrupación Omnia para descabalgar a Bildu.

Candidatos sin miedo

En privado, los jeltzales creen que los comportamientos de la izquierda abertzale durante los años duros se han dejado atrás solo formalmente. Y lamentan que, tras décadas de coacciones, amenazas y ataques contra cargos electos, se mantengan todavía hoy actitudes que no pasarán a mayores solo porque la coyuntura lo exige. Insisten en que presentarán a todos sus candidatos, que están «tranquilos» y «no tienen miedo». No obstante, la estrategia política acordada por el EBB -que, según recordó Ortuzar, significa que el PNV «no ha negociado nada con ningún partido»- permitirá paradójicamente que una sigla que aún despierta recelos sobre su condición democrática se haga con las riendas de las dos principales instituciones de Guipúzcoa, la Diputación y el Ayuntamiento de San Sebastián.

El PNV, que exigió una rectificación «clara y urgente» -que no llegó- por parte de los «órganos rectores» de Bildu, está especialmente molesto además porque, según dice, es la coalición soberanista la que está «maniobrando» en determinados municipios donde los jeltzales ganaron las elecciones para hacerse con la ‘makila’. De hecho, invitó a la ciudadanía a estar «atenta» mañana, fecha de la constitución de los ayuntamientos, para comprobar que Bildu hará en algunos casos «lo contrario de lo que exige a los demás».

El partido de Urkullu cita tres casos: Markina, donde los soberanistas ya tienen amarrado el respaldo del representante de Aralar y liderarán la Corporación; Gatika, donde asegura que Bildu está negociando con el grupo de independientes que quedó en segunda posición para apoyarles y arrebatar así la Alcaldía al PNV; y Muxika, donde la plataforma Muxika Garbi tiene la llave del futuro ejecutivo local y donde, aseguran, también Bildu quiere llevarles a su terreno.

En Guipúzcoa, denuncian que la coalición busca el apoyo de una agrupación vecinal para quitar al PNV uno de las pocos enclaves que le han quedado en el territorio. Y sostienen que Bildu busca incluso acuerdos con el PSE «en contra» del PNV: en Ortuella, para que gobiernen los socialistas y en las Juntas Generales vizcaínas, para hacerse con un puesto en la Mesa.

EL CORREO, 10/6/11