DIARIO VASCO, 6/10/11
La asamblea regional de hoy pone en marcha las conclusiones del debate de este verano. La iniciativa busca resituar la labor del partido tras la pérdida de la Diputación pero sin alterar el ideario político soberanista
El PNV de Gipuzkoa activará hoy su plan de acción político e institucional para reforzar su oposición a Bildu y marcar las pautas de actuación de cara a la legislatura foral. La formación jeltzale aprovechará la asamblea regional que definirá las candidaturas al Congreso y Senado para poner en marcha de forma oficial la estrategia con la que busca desarrollar una «oposición alternativa y constructiva» ante el nuevo gobierno de la Diputación, liderado por la coalición de independientes de izquierda abertzale, EA y Alternatiba, según fuentes del partido.
El plan, que refuerza al mismo tiempo el ideario base del partido en defensa del derecho a decidir y la necesidad de un cese definitivo de la violencia por parte de ETA, propone que se abra un escenario en el que los partidarios de la autodeterminación puedan realmente encontrarse.
La gestión sectorial y la pacificación son dos de los ejes de actuación que marcarán la nueva estrategia de los peneuvistas guipuzcoanos. Incidirán en denunciar lo que consideran lagunas en la labor diaria de Bildu, en distintas materias que afectan directamente a los ciudadanos como la gestión de los residuos sólidos urbanos, un asunto clave en el territorio. Al mismo tiempo, plantearán alternativas para que el Ejecutivo de Garitano se defina en éste y otros grandes proyectos estratégicos. En este sentido, critican que la coalición soberanista se centre de momento más en políticas de «gestos» que en actuaciones concretas, señalan desde el Gipuzko Buru Batzar.
Otro aspecto clave que detecta el PNV es la necesidad de gestionar el final de la violencia entre todos, pero recordando a la izquierda abertzale que no se puede pasar página sin tener en cuenta «todo el daño causado» y «queriendo empezar de cero como si nada hubiese pasado». Los jeltzales quieren incidir en la necesidad de trabajar en la convivencia desde los municipios, donde muchas personas, también cargos peneuvistas, han padecido el acoso y la amenaza, señalan.
El plan también busca «motivar» a las bases y al electorado de cara a la pugna que se va a mantener en los próximos años con las fuerzas concentradas en torno a la nueva marca Amaiur (izquierda abertzale, EA, Alternatiba y, ahora también, Aralar).
«Su propio camino»
El PNV aboga por seguir su propio camino en la defensa de la autodeterminación y el final de la violencia, pero reclamando al mismo tiempo a ETA que cese de una vez su actividad para siempre. Este aspecto, sostienen, es el que ahora mismo les separa de cualquier entendimiento estratégico con la antigua Batasuna.
El partido en Gipuzkoa ha decidido activar el plan después de un verano con reuniones y grupos de trabajo para dotarlo de contenido. Esta nueva etapa que abre el GBB servirá para recuperar a miembros del partido en Gipuzkoa que ostentaron responsabilidades en la anterior legislatura, como alcaldes, principalmente. El PNV quiere situarse con fuerza en el nuevo escenario abierto en mayo en el territorio, aunque se encuentra con el handicap de afrontar en un mes una nueva campaña para las generales. Además, el 1 de noviembre arranca también el proceso de renovación del Euzkadi Buru Batzar, en lo que constituirá un otoño agitado para la formación jeltzale.
En todo caso, la formación presidida por Joseba Egibar ofrece una especie de manual de trabajo para fortalecer la organización interna y la relación con la sociedad en esta nueva etapa de oposición. Un plan que, precisan desde el PNV, no implica un giro en la estrategia o ideario político mantenido en los gobiernos durante los últimos años.
Unas bases programáticas que serán de nuevo actualizadas en el congreso interno que en enero elegirá al nuevo Euzkadi Buru Batzar y a su presidente, y que, en dos titulares, defienden un pacto «entre iguales» con el Estado que recoja el derecho a decidir y la apertura de un nuevo tiempo de convivencia, con un final de ETA controlado por el Parlamento Vasco.
DIARIO VASCO, 6/10/11