ABC 04/01/17
· Los nacionalistas ven falta total de voluntad del Ejecutivo y esperan gestos para dialogar
Tras aprobar el techo de gasto y los objetivos de déficit, el Ejecutivo retrasa las cuentas a abril. La negociación arrancará en las próximas semanas, señalan en el PP «No nos han llamado aún ni nos han pasado ningún papel. No hay ninguna expectativa buena de acuerdo», aseguran los nacionalistas vascos
El PNV quiere hacer valer el peso de sus cinco diputados en oro. Y sabe que la mejor ocasión para hacer «caja» será durante la negociación en el Congreso de los Presupuestos Generales de 2017. Tras una legislatura en blanco por la mayoría absoluta de Mariano Rajoy, esperan ahora recobrar el protagonismo político y volver a vender caro su apoyo al Gobierno. Aún más caro, si cabe, que la cosecha lograda en la tramitación de las cuentas con los gobiernos en minoría de José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero.
El presidente Mariano Rajoy mantiene abierto un canal de interlocución directa con el líder del partido nacionalista, Andoni Ortuzar, con el que guarda cierta sintonía personal, señalan sus equipos. La voluntad expresada por ambos es que se sentarán a negociar «sin complejos».
«Tanteo genérico»
Pero de momento las conversaciones no han pasado de un «tanteo genérico». De hecho, en Sabin Etxea existe desconcierto porque aún no se ha producido ningún contacto serio para encarar la negociación presupuestaria y se mantienen a la espera. El Ejecutivo, tras aprobar el techo de gasto y los objetivos de déficit, ha ralentizado la tramitación de las cuentas, que llevará a abril. «No nos han llamado ni nos han pasado el cuadro macroeconómico previo», afirman en el grupo vasco. «No tenemos ninguna expectativa buena», aseguran desde la dirección del PNV, que en todo caso se sabe importante.
El actual enrocamiento del PSOE, que se mantiene firme en su intención de presentar una enmienda a la totalidad al proyecto del Ejecutivo, facilita al PNV poder salir con un precio de salida muy alto. Sus cinco escaños serían imprescindibles para sortear el veto de la oposición a las cuentas y Sabin Etxea usará esa posición de ventaja.
Los nacionalistas han endurecido el tono tras una semana fatídica para los intereses del Gobierno vasco y acusan al PP de dificultar el camino. El Ejecutivo interpuso otro recurso contra la oferta pública de empleo de la Ertzaintza –que el PNV ve «nuclear»– y el Tribunal Constitucional anuló la jornada laboral de 35 horas para los funcionarios vascos, tras denunciarlo el Estado. Dos nuevos «obstáculos» que encarecen el acuerdo, aseguran.
Tampoco ayuda el retraso acumulado en la ejecución de las obras del AVE, que según la previsión del Ejecutivo vasco no llegará hasta 2023, mientras que Rajoy ha prometido que será en 2019. «Es imposible, y lo saben. Nos han estado engañando cuatro años», denuncian desde Bilbao. Como contrapartida, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, se comprometió hace unos días a soterrar el acceso del tren en Bilbao y Vitoria, algo a lo que hasta ahora el Gobierno se oponía por su elevado coste. El PNV exigirá compromisos «serios y concretos».
En el cortejo previo, el PNV ha logrado cobrarse la cabeza del exdelegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo, quien ha llevado con extremo celo la vigilancia de las normas comunes, impulsando la interposicion de recursos de la Abogacía del Estado contra la legislación vasca. Una de las premisas del PNV para negociar ha sido aminorar esa judicialización, a lo que se comprometió la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, como adelantó ABC. El pasado viernes, el Ejecutivo relevó de su cargo a Urquijo, sustituido por Javier de Andrés, «un perfil más político» para allanar el diálogo con el Gobierno vasco, al que tampoco convence el nuevo delegado.
«La negociación va a ser durísima. Que nadie se lleve a engaño», señalan los nacionalistas, que reclamarán, si Rajoy les llama, la liquidación pendiente del Cupo vasco –la cantidad anual que paga el Gobierno vasco al Estado por las competencias no transferidas–. Pero Hacienda ya les ha advertido de que no abrirá ese melón hasta después de la negociación de la financiación autonómica general.
«No habrá cheque en blanco»
Fuentes populares apuntan a que en las próximas semanas el Gobierno iniciará conversaciones con el PNV para intentar ablandar su posición y confían en llegar a buen puerto. «Antes de una negociación nadie enseña sus cartas, todo el mundo parte con posiciones maximalistas para intentar sacar lo máximo, pero es lo habitual. Eso no presupone nada», señalan. No obstante, sí advierten de que la negociación tendrá que tener un contenido eminentemente económico. «Si el PNV quiere introducir cuestiones competenciales, las conversaciones pueden acabar embarrancando porque el Gobierno siempre tiene la posibilidad de mantener la prórroga de los Presupuestos de 2016. No es lo que quiere, el objetivo es aprobar unas nuevas cuentas, pero no va a firmar un cheque en blanco a nadie», sostienen las mismas fuentes.
A la hora de cerrar la ecuación, el Gobierno no ve difícil conseguir el apoyo de Nueva Canaria, partido que, aunque concurrió a las elecciones en coalición con el PSOE, ya en el debate de investidura de Mariano Rajoy abrió la puerta unas nuevas cuentas siempre que recojan la agenda canaria. Una exigencia que el PP tiene que cumplir en todo caso por el acuerdo de investidura firmado con Coalición Canaria. El PSOE, de hecho, dentro del respeto entre formaciones distintas alentará al partido canario a cruzar esa puerta, deseoso de que el Gobierno logre otros socios que le permitan aprobar los cuentas sin su abstención. Volver a prestar apoyo al Ejecutivo equivaldría a consumar la fractura del partido en dos.