EL CORREO – 16/12/14
· El ataque al batzoki de Galdakao y una protesta contra Ortuzar en Oiartzun colman la paciencia del líder del EBB, que el domingo les llamó «fachas vascos».
· Relación fluida: Sabin Etxea cerró ayer mismo una nueva cita con Hasier Arraiz para hablar de pacificación.
· En Internet: El entorno radical ha colgado en la red vídeos del sabotaje y de los incidentes.
El PNV ha abierto la caja de los truenos contra la izquierda abertzale pero no ha cerrado la puerta de Sabin Etxea a Sortu. Los ataques del entorno radical a batzokis, las protestas callejeras y en las redes sociales, la dura oposición parlamentaria y el rosario de denuncias en los juzgados contra alcaldes jeltzales han colmado el vaso de la paciencia de Sabin Etxea, pero no hasta el punto de congelar, ni mucho menos, la fluida relación del EBB con la cúpula que preside Hasier Arraiz, con quien, como publicó el lunes EL CORREO, trabaja en un documento alternativo al actual ‘suelo ético’ que pueda propiciar, en última instancia, el regreso del PSE a la ponencia de paz del Parlamento vasco.
El enfado alcanzó el domingo su mayor volumen de decibelios, cuando Andoni Ortuzar llamó «fachas vascos» a la izquierda abertzale en una intervención de alto voltaje en la inauguración del batzoki de Galdakao. Solo una semana antes, el pasado día 6, radicales embozados con sombreros de paja habían arrojado pintura roja y amarilla contra la fachada de la sede, donde dejaron una bandera española e hicieron una pintada en la que emplazaban a los peneuvistas a elegir «entre autonomía o independencia». Después, colgaron el vídeo completo en Youtube.
La nocturnidad y alevosía del ataque, grabado para poder exhibirlo en Internet y reivindicado por un colectivo autodenominado ‘Herria Ekinez’ (‘El pueblo en acción’)–, ha escocido especialmente al PNV de Galdakao y, por extensión, al de Bizkaia. De ahí el tono del discurso de Andoni Ortuzar, en el que se percibía también la cercanía de una pugna electoral que, a buen seguro, influye también en la multiplicación de las críticas de EH Bildu contra el PNV y sus dirigentes. Los jeltzales son conscientes de que el ‘factor Podemos’ ha distorsionado las previsiones de todas las fuerzas vascas y se preparan para un campaña «larga, durísima y complicada» que llegan a comparar con los aires de cambio que se respiraban en el 79, en plena Transición. «Todo el mundo está nervioso y eso va elevar muchísimo el tono», vaticinan.
Desde Sabin Etxea se enmarca el duro calificativo que empleó Ortuzar –emplazó a la izquierda abertzale a decidir si acepta el «juego democrático» o «siguen siendo unos fachas, vascos pero fachas»– en la «legítima crítica política». Además, al líder del PNV le había crispado especialmente que, horas después del sabotaje, el parlamentario de EH Bildu Unai Urruzuno les conminase a elegir, en parecidos términos a los de la pintada, entre el trabajo a favor de la soberanía o «seguir anclados en actitudes estatutarias».
Oposición feroz
«Si ellos pueden hacer la oposición feroz que hacen, si pueden judicializar la política como lo hacen y llamarnos las cosas que nos llaman, nosotros estamos en nuestro derecho de responder», argumentan fuentes próximas a la dirección del partido. El propio secretario de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, Jonan Fernández, cuestionado por la apreciación de Ortuzar en una entrevista en ‘Radio Euskadi’, la corroboró al considerar que acciones como la de Galdakao ponen de manifiesto que la izquierda abertzale «no respeta aún al diferente».
A finales de noviembre, Ortuzar vivió otro episodio de hostigamiento en Oiartzun, a donde había acudido para participar en un coloquio con militantes en la biblioteca Manuel Lekuona bajo el título ‘Euskadi, nación en Europa’. A su llegada, se encontró su particular ‘comité de bienvenida’ a la entrada, donde le esperaban, según fuentes del PNV, 70 u 80 jóvenes de Ernai –la organización juvenil de la izquierda abertzale– que, pertrechados con silbatos, protestaban contra el currículum educativo vasco. Una vez que el líder jeltzale hubo entrado en el recinto, los manifestantes, vigilados por dotaciones de la Ertzaintza, empezaron a proferir gritos y corear consignas contra el PNV y a aporrear la puerta de la biblioteca hasta que lograron desencajarla. En ese momento, la Ertzaintza intervino para evitar más destrozos en el mobiliario urbano e identificó a los alborotadores que, según se puede leer sobreimpresionado en un vídeo de los incidentes que ellos mismos han colgado en el Twitter de Ernai Oiartzun, fueron multados con 600 euros cada uno. Los mensajes de ‘PNV, ata a tus perros’ –en alusión a la Ertzaintza– son también frecuentes en las redes sociales.
Pese a todo, ayer mismo, pocas horas después del rifirrafe –EH Bildu acusó al PNV de crear «polémicas estériles» para ocultar su negativa a la unidad de fuerzas abertzales–, Sabin Etxea cerró una nueva cita con la cúpula de Sortu, con quienes Ortuzar y su ‘núcleo duro’ en el EBB mantienen reuniones frecuentes para tratar, sobre todo, de pacificación. «El trabajo y la relación política se mantienen», subrayan en Sabin Etxea, que ha ido recomponiendo la interlocución con Sortu, fría hace poco más de un año, cuando el PNV acabó por acudir con la izquierda abertzale, para rebatir la prohibición judicial, a la tradicional manifestación de enero por los presos, a la que este año no asistirá. Los jeltzales sí han amagado, por ejemplo, con romper relaciones con el PP vasco por sus insinuaciones sobre la financiación de los batzokis o por una última denuncia ante la Fiscalía, aunque la sangre tampoco ha llegado al río.
EL CORREO – 16/12/14