ABC 14/09/16
· «Es columna vertebral de nuestra construcción social», advierte su programa
El euskera acaparó ayer el quinto día de la campaña vasca. El PSE ha enarbolado la bandera electoral de la «injusticia» que supone la obligación de acreditar el conocimiento de la lengua vasca para acceder a los puestos públicos y exige acabar con ese muro o, al menos, suavizarlo. Los socialistas, que no atajaron con el Gobierno de Patxi López la imposición en los «perfiles lingüísticos» de las plazas públicas, denuncian ahora que no se puede obligar a determinados trabajadores –como en Sanidad– que sean bilingües. Y piden relajar las condiciones a los mayores de 45 años y a los que no atienden al público. El PP y Ciudadanos, que habla de «apartheid» del euskera, denuncian la discriminación. Según el mapa sociolingüístico del Gobierno vasco, de 2014, sólo un 13% de los hogares habla euskera; su conocimiento llega al 36% de la población.
El PSE, que no lo atajó con el Gobierno de Patxi López, pide derribar la «injusticia» entre el funcionariado
El PNV de Iñigo Urkullu, sin embargo, incorpora en su programa electoral un bloque de medidas para la expansión del uso del euskera en todos los ámbitos, incluido el «familiar» y el ocio de los jóvenes. Y por primera vez promete que los altos cargos de la administración deberán saber euskera. «Definición de criterios lingüísticos mínimos para el desempeño de altos cargos y cargos de designación en la administración General de Euskadi y sus organismos dependientes», dicen.
Es una novedad teniendo en cuenta que en el Ejecutivo actual, el consejero de Sanidad (Jon Darpon) y la de Seguridad (Estefanía Beltrán de Heredia) lo han estado aprendiendo este pasado mandato con un profesor. Con cargo al erario público, como hicieron los exlendakaris Ibarretxe y López.
En el bloque «Euskera y convivencia lingüística» de su programa, el PNV se jacta de que la «euskaldunización» de los últimos treinta años es «un proceso modélico y de referencia en el ámbito internacional», aunque admite que «es una tarea inacabada». El objetivo es lograr que el 75% de los menores de 25 años sea bilingüe. «Es columna vertebral de nuestra construcción social», dice el PNV. Pero, y aunque una amplia mayoría (70%) de jóvenes se escolarizan en el modelo de euskera (D), frente al modelo bilingüe castellano/euskera (B) o con el vasco como asignatura (A), la realidad es tozuda. Según los estudios, solo una minoría (salvo en Guipúzcoa y zonas determinadas de Vizcaya) lo habla a diario.
La polémica se ha desatado en la contienda electoral vasca porque el equipo de Idoia Mendia, candidata vascoparlante de los socialistas, publicó un video electoral en el que se ve cómo al que no habla euskera se le cierran todas las puertas: del bar, del campo de fútbol, de la iglesia… y hasta del comercio chino. El audio avisa: «Es cierto. Esto de no dejarte entrar por no saber euskera no pasa en ningún sitio de Euskadi. En ninguno, salvo en uno: la Administración. También debe ser algo muy vasco defender la igualdad de oportunidades».
Los nacionalistas reaccionaron con virulencia ante lo que consideran un ataque al euskera. Y Podemos también. Su secretaria general, Nagua Alba (de padre egipcio), aseguró que el video del PSE es intolerable por cuanto utiliza el euskera, «patrimonio de toda la ciudadanía vasca», con «fines partidistas». La candidata de EHBildu y hasta ahora presentadora de las noticias de ETB en su canal en euskera, Maddalen Iriarte, arremetió contra Mendia. «¿Cómo puede ser que una mujer que habla dos idiomas, alguien que es bilingüe, haga una apología del monolingüismo a cambio de un par de votos?». Acusaba así a los socialistas de buscar apoyos entre quienes sienten que se les priva de una plaza en el País Vasco por no hablar euskera.
El PP, que siempre ha criticado la imposición lingüística, defiende que «es mejor tener un buen médico cirujano, que uno que sepa euskera». Ciudadanos, que ya libró esta campaña lingüística en Cataluña, ha llegado a hablar de «apartheid».