EL PAIS 13/11/12
El PP plantea dar prioridad a los presupuestos forales.
El PNV ha rentabilizado al máximo sus dos rondas de conversaciones con el resto de la oposición sin dejarse un pelo en la gatera. Así, el futuro lehendakari, Iñigo Urkullu, consigue su objetivo de liderar en solitario el próximo Gobierno vasco; se asegura que nadie le complicará la elección; coloca a Bakartxo Tejería como presidenta del Parlamento vasco y, finalmente, sabe que hay posibilidad real de llegar a acuerdos puntuales con EH Bildu, PSE-EE y PP. Pleno. Koldo Mediavilla, miembro de la delegación del PNV en unas conversaciones que han tenido muy poco de negociación, justificó ayer, al término de la reunión del EBB, la noticia que ya era sabida: tres décadas después, los nacionalistas vuelven a gobernar en solitario desde la época de Carlos Garaikoetxea, hoy presidente de EA. En su descargo, el portavoz jeltzale justificó las diferencias que han impedido aproximarse a un acuerdo de gobierno con cada uno de los partidos que se lo permitían por su cuota de escaños: con EH Bildu porque les planteó un cambio de modelo radical y con el PSE-EE porque los tres años anteriores han dejado “muy patentes las diferencias que existen en las formas de gobernar que ambos partidos defendemos”, admitió Mediavilla. Al PNV le queda el PP, pero sabe que a los populares siempre les tendrán a mano cuando les planteen el acuerdo presupuestario en las Diputaciones de Bizkaia y Álava. De hecho, ayer mantuvo con ellos una reunión de cortesía cuando en la mesa del EBB ya estaba decidido el Ejecutivo en solitario. Tan de cortesía en este terreno que la fórmula de gobierno ni siquiera llegó a tratarse en la cita, según admite uno de los presentes. La delegación popular volvió a trasladar a sus interlocutores, como hizo en la primera reunión el pasado 30 de octubre, su disposición a llegar a acuerdos presupuestarios, “pero viendo qué se plantea”, indican fuentes populares. Eso sí, el PP dejó claro que lo que está sobre la mesa en estos momentos para hablar son las cuentas de las instituciones forales, mientras que las del Gobierno no llegarán hasta febrero o marzo próximo.