EL CORREO, 15/11/11
Los jeltzales pelearán por cada papeleta, conscientes de que el último escaño de cada territorio puede hacer oscilar el resultado final entre bueno y pésimo
Repetir los seis escaños que logró la pasada legislatura en Madrid sería para el PNV un excelente resultado, teniendo en cuenta que los 18 diputados que componen la tarta vasca deben repartirse el 20-N con un comensal que hasta ahora no se sentaba a la mesa, la izquierda abertzale. En cambio, rebajar a cuatro parlamentarios la representación en el Congreso sería interpretado, seguramente, como un fracaso en toda regla. Quedarse en tres, como una debacle. Cinco, un balance fácilmente digerible.
En Sabin Etxea son conscientes de que la pelea electoral en Euskadi ofrecerá toda la emoción de la que carece el duelo Rajoy-Rubalcaba y de que las principales fuerzas políticas vascas estarán posiblemente en un puño, pendientes del hilo del que cuelga el último escaño que se adjudica en cada territorio. Ese diputado puede caer de un lado u otro por solo un puñado de votos, un factor que augura un escrutinio de infarto la noche del domingo. En resumen, con una diferencia no demasiado abultada de apoyos el PNV podría lograr un resultado excelente, aceptable, malo o pésimo.
Por eso, los jeltzales pelearán cada papeleta en esta recta final de campaña, conscientes de que su principal reto es movilizar todo el voto posible y evitar a toda costa una baja participación, que favorecería a la izquierda abertzale, con un electorado siempre diligente. Por ejemplo, en Bizkaia el PNV se disputará un hipotético tercer escaño con PSE y PP; en Gipuzkoa el tercer diputado al que aspira Amaiur le puede ser arrebatado por jeltzales o socialistas. Hasta ahora, los peneuvistas se han centrado en sacar de casa a los suyos, en amarrar el voto más ideologizado. Ése, sostienen los estrategas de la campaña jeltzale, ya está decantado. En esta segunda semana, se trata de atraer al elector que decide el sentido de su voto por razones más pragmáticas, relacionadas con la gestión, con los logros y con el programa.
Actividad en los pueblos
Con ese objetivo, el PNV pisará el acelerador hasta el viernes por la noche. No solo para llegar a todos los rincones de Euskadi, sino también para amplificar el mensaje basado en las propuestas económicas, frente a una izquierda abertzale a la que dibujan como incapaz de gestionar ni siquiera unas inundaciones. Además de sumar algún acto de los considerados mediáticos a la agenda prevista inicialmente -con hasta ocho convocatorias diarias-, el PNV multiplicará los mítines y repartos de propaganda en los pueblos, donde la actividad está siendo intensa. «Son las generales en las que la implicación de las organizaciones municipales ha sido mayor», apuntan en Sabin Etxea.
Las cuñas también variarán para pedir el voto de forma más directa y la idea del ‘modelo PNV’ cobrará aún más relevancia. Incluso en el ‘mailing’, el PNV busca la diferencia, al optar por un sobre serigrafiado y de mayor tamaño al blanco ‘standard’ en el que el resto de partidos hacen los envíos de papeletas. Todo ello, sabedores de que la probable mayoría absoluta de Mariano Rajoy desincentiva el voto al PNV. «Pero tenemos una ventaja. Este PP no da miedo. Lo que da miedo es la crisis. Y por eso no moviliza tanto el voto socialista en detrimento del nuestro», analizan.
EL CORREO, 15/11/11