EL MUNDO 19/04/14
· Sólo harán dos actos conjuntos en la campaña de las europeas en Bilbao y Barcelona.
El PNV tiene previsto mantener una distancia prudencial con CiU en la campaña de las elecciones europeas, para evitar la asimilación de la situación vasca con el proceso soberanista que se vive en Cataluña. La complicidad que vascos y catalanes mantienen en el Congreso de los Diputados no se va a ampliar a otros ámbitos políticos e institucionales, a pesar del más que anunciado apoyo que el PNV dio el pasado 8 de abril a la proposición de ley del Parlament, en la que Cataluña reclamaba la cesión de la competencia para celebrar la consulta.
Aunque el portavoz vasco, Aitor Esteban, ya apuntó en ese debate que «cuando llegue el momento en Euskadi también queremos decidir», desde el PNV fuentes oficiales han confirmado que no quieren entrar en ningún tipo de paralelismo con el desarrollo del plan catalán para el referéndum del 9 de noviembre. De hecho, aseguran, esta posición será muy visible en la campaña de las elecciones europeas, donde PNV y CiU repiten de nuevo encabezando la misma coalición.
El próximo 28 de abril, PNV, CiU, CC y CXG, bajo las siglas Coalición por Europa (CEU), se presentarán públicamente en Madrid en un acto en el que estarán los líderes de las cuatro formaciones. Artur Mas (CiU), Iñigo Urkullu (PNV), Paulino Rivero (CC) y Xoán Bascuas, secretario general de Compromiso por Galicia (CXG), compartirán ese día escenario. Pero, posiblemente, será la única vez. Según fuentes de la coalición, no se han planeado muchos más mítines conjuntos salvo los de rigor. El PNV participará en un acto de CiU en Barcelona y, al contrario, los catalanes viajarán una vez a Bilbao. Esto es lo que está previsto inicialmente y no por casualidad. A pesar de que en el programa electoral de la coalición figura la defensa del derecho a decidir, el PNV no quiere convertir este tema en un asunto central.
El Parlamento vasco ha puesto en marcha hace unas semanas la ponencia de reforma del Estatuto de Guernica. Parafraseando al portavoz del PNV, en su intervención en el Hemiciclo el pasado 8 de abril, el Gobierno no tiene sólo ante si la patata caliente del asunto catalán sino también lo que él denominó la «euskalpatata». Pero, la voluntad del PNV, según han señalado fuentes del partido, no es que ambos temas coincidan en el tiempo.
Los trabajos de la ponencia se prolongarán, al menos, durante año y medio. El proceso catalán, con fecha de referéndum y preguntas pactadas, se encuentra en un proceso de maduración absoluto. Además, en Cataluña se ha producido una movilización social, potenciada desde organizaciones del ámbito independentista, que no tiene equiparación con el País Vasco. Allí, por primera vez, se afronta el debate para aumentar el autogobierno e incluso convocar una consulta sobre la independencia –como ya hizo el llamado plan Ibarretxe–, sin la violencia de ETA como factor fundamental. El reto del PNV ahora es gestionar una realidad distinta a la que se han enfrentado gobiernos anteriores, por ello, no tiene intención de aprovechar el caldo de cultivo generado por el nacionalismo catalán para plantear con más fuerza sus reivindicaciones. Ni siquiera está proyectada a corto plazo una reunión entre Urkullu y Mas, según fuentes del PNV, para dar cierta cobertura al cada vez más aislado presidente catalán.
No obstante, a pesar de que las hojas de ruta son distintas, el PNV seguirá defendiendo la necesidad, según las fuentes consultadas, de dar una solución al «problema catalán» –son partidarios como el PSOE de que Mariano Rajoy y Artur Mas se sienten al menos a hablar– sin que ello deba interpretarse como una posición interesada.
EL MUNDO 19/04/14