EL MUNDO 30/09/13
Marca distancias con la ‘vía catalana’ y con las presiones de la izquierda ‘abertzale’
Fue un aviso a navegantes en toda regla. Nación vasca sí, pero sin urgencias que puedan derivar «en un accidente». El PNV volvió a proclamar ayer el derecho a decidir del «pueblo vasco», incluso a tener una nación propia en Europa. Pero lo hizo apelando a la prudencia, a no volver a fallar como sucedió con el intento del lehendakari Ibarretxe.
En un contexto de pulso soberanista encendido en Cataluña y de presiones crecientes de EH Bildu para apretar el acelerador de la independencia, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, optó ayer por apelar a la prudencia y al control de tiempos y procesos. Lo hizo ante decenas de miles de simpatizantes desde la tribuna del Alderdi Eguna –el Día del Partido–, que ocupaba por primera vez como máximo líder jeltzale. En un mensaje en el que marcó distancia con la izquierda abertzale y con la fórmula catalana liderada por Mas, Ortuzar aseguró que «la velocidad a veces embriaga». Una precipitación por la independencia que puede provocar una «sensación de volar, de facilidad, de que todo es posible», pero que en ocasiones puede llevar «a la pérdida de control, y la pérdida de control puede derivar en un accidente con consecuencias irreparables», aseguró ante unas abarrotadas campas de Foronda (Álava).
Ortuzar reiteró que la construcción de la nación vasca seguirá siendo «el destino» del PNV. Sin embargo, recordó que en esa aspiración no compiten «con nadie por llegar antes», en clara alusión a la Vía Catalana. «Dos naciones diferentes, dos caminos diferentes, pero un mismo objetivo: que podamos decidir libremente nuestro futuro», añadió.
Apeló a tener el control del proceso soberanista frente a quienes abogan por otras fórmulas, en referencia a la vía vasca de EH Bildu. «Nosotros a nuestro ritmo, con nuestro camino, pero seguros, la mejor garantía de llegar. Os garantizo que nosotros vamos a llegar». Acusó a Bildu de apostar por «una vía estrecha» y cuestionó la legitimidad para erigirse como referentes de «quienes se han dedicado a poner barricadas, sabotear la maquinaria institucional e intentar volar con goma 2 la autovía vasca del futuro».
También arremetió contra el Gobierno de Rajoy, al que acusó de estar defendiendo «un Estado caduco que se cae de maduro» y que es incapaz de «pactar una solución con Euskadi, Catalunya y Galiza». Insistió en que la convivencia entre Euskadi y España será posible «pero de mutuo acuerdo, sin imposiciones ni subordinaciones.
Al lehendakari Urkullu le correspondió hacer, con un discurso más institucional, un repaso por la labor del Gobierno vasco en estos nueve meses. Y respecto al nuevo estatus al que aspira, apuntó: «Nuestra Ítaca es Euskadi, nación europea». El lehendakari subrayó que una nación vasca sería aceptada en Europa con una condición: «Si somos rigurosos, abiertos y activos». Una aspiración que, aseguró, nadie podrá arrebatarles porque requerirá «acordar el camino entre diferentes».