Iñigo Urkullu hizo pública ayer la iniciativa Ados! (¡Acuerdo!), con la que el PNV retoma dos de los pilares básicos del plan Ibarretxe, el derecho a decidir y la territorialidad enfocada a la «libre adhesión».
La novedad estriba en que esa «profundización» en el autogobierno tendrá su origen en «un sistema bilateral de garantías» entre España y el País Vasco, que debe permitir una «estabilidad institucional del marco de relación pactado, e impida una restricción unilateral del nivel de autogobierno». Un acuerdo político con garantías recíprocas similar al Concierto Económico.
El presidente del Euskadi Buru Batzar participó ayer en la Feria de Muestras BEC de Barakaldo en un acto de conmemoración de los 30 años del PNV en las instituciones vascas. Ante unos 300 cargos públicos del partido y miles de simpatizantes, Urkullu lanzó la nueva iniciativa, que «a medio plazo» -la próxima legislatura- alumbrará «la nueva Euskadi».
Sin renegar del Estatuto de Gernika ni del Concierto Económico, que han propiciado el autogobierno actual «pese a la actitud del polo constitucionalista», Urkullu abogó por «seguir creciendo institucionalmente», por «profundizar en el autogobierno» para adecuarlo «a las necesidades del siglo XXI».
Y es que el Gobierno «del cambio», formado por «razones de Estado», no supone sino un «freno» al desarrollo propiciado en el País Vasco en las últimas tres décadas de gobiernos nacionalistas. Por eso, el PNV lanza una propuesta destinada no sólo a movilizar a los suyos de cara a las elecciones municipales y forales del próximo año, sino a superar «la incertidumbre, la improvisación y la falta de respuesta sólida de los gobiernos vasco y español».
«Autogobierno era y es el objetivo, y en base a sus herramientas construiremos la mejor Euskadi», recordó el líder jeltzale tras repasar los logros del nacionalismo institucional en sus tres décadas al frente del Gobierno vasco. Pero frente al tono bronco del primer impulsor del plan Ibarretxe, Urkullu defiende su «nueva iniciativa política, económica y social de manera abierta, dialogante e incluyente».
El nuevo portador de las ideas que con tanto ahínco defendió el anterior lehendakari -presente en la primera fila de público- se mostró dispuesto a «una moderación-coordinación externa» del debate que enmarque la nueva propuesta «en unos mínimos sobre los que sustentar el crecimiento institucional de la nueva Euskadi, que sea alumbrada en sede parlamentaria en la próxima legislatura».
La iniciativa parte del análisis de que las competencias «mermadas o no transferidas» contempladas en el Estatuto restan capacidad a las instituciones «para desarrollar políticas públicas integrales».
Marco jurídico y autogobierno son las dos referencias básicas del PNV de hoy, que busca una «reciprocidad» con España que le permita «crecer institucionalmente» y sea «garantía de cumplimiento de lo acordado». La reforma del «marco actual» recogerá el principio de la capacidad de decidir «que está ligado, sí, al ámbito identitario y político de la nación vasca al que algunos lo quieren resumir, pero ligado también a la capacidad normativa de las instituciones vascas».
Urkullu marca así el rumbo que seguirá «el principal partido de Euskadi» para conservar el poder municipal y foral primero en las elecciones y después para retomar el mando de un Gobierno vasco. Aspecto muy importante, puesto que el horizonte temporal «a medio plazo» que el presidente jeltzale se fija para aplicar su propuesta Ados! es «la próxima legislatura», y para ello resultará clave que la mayoría que hoy suman PSE y PP sea relevada por un conglomerado de nacionalistas dispuestos a defender ese derecho a decidir.
EL MUNDO, 1/3/2010