El presidente Rodríguez Zapatero descartó la misma noche de la debacle electoral de su partido la convocatoria anticipada de elecciones generales, pero está por ver si podrá cumplir su palabra. La condición inexcusable es que sea capaz de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para 2012, y para ello necesita de nuevo el apoyo del PNV… un apoyo que no está del todo claro.
¿El motivo? Los nacionalistas exigen el total de las transferencias prometidas antes de sentarse a negociar con el Gobierno de Madrid. Aún es pronto para deshojar la margarita de los apoyos parlamentarios a las cuentas públicas, pero Zapatero sabe que no puede contar con los votos de PP, CiU ni con el de las formaciones parlamentarias de izquierda (ERC, IU y BNG), y deberá recurrir de nuevo a los nacionalistas vascos y de Coalición Canaria (CC) como hizo el año pasado. La imposibilidad de aprobar las cuentas del Estado para 2012 obligaría a una disolución anticipada de las Cámaras y, aunque el adelanto sería mínimo, obligaría al presidente a marcharse por la puerta de atrás.
La sintonía entre ambos partidos es buena, y prueba de ello fue el pacto de legislatura que Rodríguez Zapatero e Íñigo Urkullu, presidente del PNV, cerraron en octubre del año pasado para garantizar la estabilidad del Gobierno hasta las elecciones generales de 2012 a cambio del traspaso de las 32 competencias pendientes del Estatuto de Gernika a lo largo de este año.
Una comisión bilateral de ambos partidos mantiene desde entonces reuniones periódicas, pero la marcha de la negociación no es del agrado de los nacionalistas por sus continuas dilaciones. “La comisión se reúne con regularidad, pero siempre hay algo que impide la firma de los acuerdos”, manifestó a este diario una fuente peneuvista descontenta con la marcha de las transferencias.
Sin transferencias no hay apoyo
El Consejo de Ministros aprobará el proyecto de ley de presupuestos el próximo septiembre, pero las dificultades que el PNV está encontrando en el traspaso de competencias ponen en riesgo su imprescindible apoyo. “El partido no ha abordado aún ese tema, pero el PSOE sabe que para empezar a hablar con ellos tienen que cumplir primero el compromiso adquirido el año pasado y concluir las transferencias. Si no lo hace no apoyaremos los presupuestos”, dice la fuente antes citada. El traspaso competencial no supondría el apoyo sin más del partido a las cuentas de 2012, ya que los traspasos competenciales se acordaron a cambio del apoyo de los nacionalistas a las cuentas de este año.
El Euskadi Buru Batzar (EBB), la ejecutiva del PNV, se reunió ayer, y hoy lo harán sus consejos territoriales, para analizar los resultados electorales y definir la estrategia de pactos en ayuntamientos y diputaciones. Las alianzas son en este momento la prioridad de los peneuvistas, que pese a seguir siendo la fuerza más votada, con el 30,05% de los sufragios, no dejan de perder apoyos desde las autonómicas de 2011, cuando la alianza PSE-PP de Nicolás Redondo Terreros y Jaime Mayor Oreja llevó al PNV al mejor resultado de su historia de la mano de Juan José Ibarretxe, con el 42,72% de los votos.
El apoyo que el PNV prestó a Zapatero en 2010 no fue del agrado de la militancia nacionalista, incapaz de entender como se sostenía en Madrid al partido que les había arrebatado el Gobierno vasco en 2009 pese a ser el partido mayoritario. Hacerlo por segunda vez, cuando las urnas siguen castigando al partido, supone un riesgo para el liderazgo de Urkullu a escasos meses de que el partido celebre su Asamblea General. El partido decidirá en diciembre a su candidato a lehendakari para las autonómicas de 2013, y si revalida su apoyo al actual presidente o reabre la batalla por el control interno ante el nuevo escenario político que supone el regreso de la izquierda abertzale a las instituciones.
EL CONFIDENCIAL, 24/5/2011