EL PAÍS, 5/4/12
Autodeterminación sí, pero si sirve para propiciar el desarrollo social de los vascos. El PNV que suele aprovechar la celebración del Aberri Eguna (Día de la Patria Vasca) para exhibir las esencias de su proyecto y enarbolar la bandera de la independencia, ha optado esta vez por modular su lenguaje. Aunque el derecho a decidir sigue siendo una piedra angular y nuclear de su discurso, en esta ocasión viene vinculado y en cierta manera condicionado a la superación de la actual situación económica vasca con más de 160.000 parados y casi 60.000 perceptores de ayudas sociales.
Bajo el lema Euskadi Bizia, Más Nación, el PNV subraya que el fin de ETA resta cualquier argumento a quienes vetaban ese derecho “de los vascos”, pero a renglón seguido precisa que “la nación vasca” solo tendrá sentido si se construye como un “espacio institucional de servicio permanente a los vascos”.
En 2012, el año del primer Aberri Eguna que se celebra sin la amenaza de ETA, los seguidores de Iñigo Urkullu se preguntan si la actual Euskadi va a ser capaz de responder a las expectativas que la ciudadanía le exige. “¿Será capaz el proyecto de la Nación Vasca de ser una referencia eficaz para seguir resolviendo los problemas reales y las inquietudes de su ciudadanía? ¿Servirá como herramienta de cohesión y refugio social en los tiempos de incertidumbre” se cuestiona. Preguntas que el partido responde de manera contundente. Sólo servirá si es capaz de buscar “nuevos horizontes de trabajo, de riqueza y de prosperidad”. Sólo si su potencialidad y fortaleza económico-financiera es capaz de garantizar la cohesión y la protección social y quienes no tienen ayudas, ahonda. “Sólo entonces será un proyecto incontestable”, concluye el comunicado.
El giro dialéctico hacia un nacionalismo menos ideologizado se concreta cuando explican que el objetivo es lograr un “nuevo estatus” capaz de hacer frente a las necesidades sociales.
Un proceso de construcción en el que consideran “un paso determinante” que ETA haya declarado el fin de su actividad armada, pero todavía insuficiente para que Euskadi alcance la paz. Entienden que la reconciliación cívica pasará en los próximos tiempos porque quienes han vivido creyendo en la legitimidad de la lucha armada reconozcan y amparen el derecho a la diferencia y se integren en el mapa de respeto a las mayorías y minorías que en cada caso establezca la propia sociedad vasca.
Los nacionalistas, que apenas si critican al Gobierno socialista “por su inacción”, equiparan a la violencia del franquismo con la de ETA. Aprovechando la proximidad del aniversario del bombardeo de Gernika proclaman que “una y otra violencia envilecieron las causas nacionales que quienes practicaron la violencia decían defender”. Y recuerdan que ambas sólo han dejado tras de si víctimas, dolor, sufrimiento y odio. “Una historia que esperemos no se repita jamás”, subrayan.
EL PAÍS, 5/4/12