EL MUNDO – 14/07/16
· Elabora un documento con guiños al PSOE en pensiones y temas de calado social.
El PP remitió ayer a todas las formaciones políticas un documento que aspira a ser el punto de partida de una futura negociación y donde ha volcado las medidas de su programa electoral que, a su juicio, más pueden agradar a los socialistas. Se trata de una propuesta mucho más amplia que la remitida al PSOE y Ciudadanos en el anterior proceso y en la que incluye cuestiones que suponen un leve movimiento en la posición habitual de Mariano Rajoy.
La oferta de pactos es idéntica a la de hace seis meses: pacto por el crecimiento y el empleo, pacto para la reforma fiscal y la financiación, pacto social, pacto por la educación y pacto por el fortalecimiento institucional. Pero con novedades y matices que suponen todo un guiño a los socialistas.
El PP da en esta ocasión un paso en la llamada cuestión catalana al comprometerse a promover un «marco de entendimiento con las fuerzas políticas constitucionalistas a la hora de dar respuesta a los retos que plantea el debate territorial». Esta iniciativa no aparecía en su programa ni tampoco en la anterior oferta. Al contrario, el PP estaba en las antípodas de cualquier paso en ese sentido. Su postura hasta ahora ha sido una férrea defensa de la Constitución y la mejora del Estado de las Autonomías para reforzar la cohesión territorial.
Los populares sí insisten en el documento en su rechazo a «cualquier proyecto soberanista» o «cualquier intento de consulta o referéndum contraria al ordenamiento constitucional y jurídico». En este punto, en el que coinciden con el PSOE, siguen siendo igual de claros. No obstante, se han movido en la promesa de abrir el diálogo para dar respuesta al debate territorial.
El paso resulta muy llamativo porque se trata de un asunto al que el secretario general de PSOE, Pedro Sánchez, concedió ayer absoluta relevancia en su comparecencia ante los medios tras la reunión con Rajoy. El dirigente relató que había transmitido al presidente su preocupación por la situación de Cataluña y le había advertido de que el «nuevo gobierno que surja de esta legislatura se tiene que tomar en serio la cuestión catalana» y resolverla con «propuestas», mediante el «diálogo» y la «negociación».
«Es hora de negociar y tender puentes», dijo, para añadir a continuación que debe abrirse la ponencia constitucional para culminar el modelo territorial y resolver el sistema de financiación autonómica. Una propuesta –la ponencia de reforma de la Constitución– a la que el PP no se opone y que se convirtió ayer en la única exigencia pública del dirigente socialista. Sánchez, pese a que reiteró su no a la investidura de Rajoy «a día de hoy», dio por supuesto que la legislatura echaría a andar.
En general, los populares se han mantenido muy fieles a sus promesas electorales pero escogiendo aquellas que más pueden acercarles a sus socios potenciales, PSOE y Ciudadanos, incluso modificándolas. Son sólo pequeños giros –el PP no ha desvelado aún públicamente hasta dónde está dispuesto a ceder aunque sí apunta en privado a la reforma constitucional y a cambios en la reforma laboral y la ley electoral– que buscan, sobre todo, favorecer la negociación.
El cambio es muy perceptible en materias como las pensiones. Ahora plantean debatir sobre su financiación, en el marco del Pacto de Toledo, una propuesta que siempre han defendido los socialistas. Aunque en su propuesta de acuerdo tras el 20–D ya apostaban por garantizar las pensiones y reordenar su financiación, ahora introducen la exigencia socialista del Pacto de Toledo. En el texto hay otros gestos como el reconocimiento de que se debe asegurar la independencia de la Justicia o el fortalecimiento del Ministerio Fiscal. También se obvian temas peliagudos como el défict energético, un asunto en que el Gobierno culpa al PSOE.
En cambio, no hay ningún avance en su oferta de Pacto por la Educación que el PP ya había incluido en su programa electoral y reiterado tras las elecciones de diciembre.
EL MUNDO – 14/07/16