El PNV y el Gobierno vasco siempre han defendido el acercamiento de los presos y el fin de la dispersión. Por eso, el Ejecutivo autónomico enmarcó ayer el plan para acercar los presos que está en manos del Ejecutivo de Rajoy en las propuestas sobre política penitenciaria que elabora habitualmente la Secretaría de Paz y Convivencia del Ejecutivo de Urkullu desde el año 2013 y lo desligó por completo del plan de desarme anunciado por la banda terrorista.
El portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, señaló ayer que dicho plan, que prevé un alejamiento máximo de 250 kilómetros para los presos de ETA, es la última actualización de la información que maneja la Secretaría de Paz, realizada en noviembre de 2016, y que no está directamente relacionada con el anuncio de desarme realizado el pasado día 17. «No hay una información reciente ni actualizada que se haya elaborado estos días» afirmó.
Sin embargo, el PP vasco no tiene ninguna duda de que el plan de acercamiento de los presos no es más que un «premio» a ETA por el anuncio del desarme. En este sentido, el presidente de los populares vascos, Alfonso Alonso, avisó claramente a Urkullu de que tendrá enfrente al PP si no actúa como un Gobierno «serio y razonable» e intenta promover el pago de un precio político por la anunciada operación de desarme de ETA.
Alonso se mostró seguro de que habían planeado hacer coincidir el anuncio del plan de acercamiento de presos con el de la destrucción de los arsenales de la banda terrorista, por lo que le exigió una rectificación y que «deje de actuar como portavoz de ETA».
Para Alonso, el Gobierno a través de la Secretaría de Paz y Convivencia que dirige Jonan Fernández, «había planeado» dar a conocer la propuesta de desarme y «al día siguiente» se filtra el plan de acercamiento de los reclusos de la organización terrorista «y eso es lo que no puede ser, genera dudas e incertidumbres; que se nos diga que una cosa no está ligada con la otra no se lo cree nadie». Y exigió al Gobierno vasco que no caiga en una operación propagandística, ya que «sigue siendo una organización terrorista, y no se ha disuelto. No nos está dando nada y no le debemos nada».
A lo que sí está decidido el Gobierno vasco es a mantener su intención de hacer de «puente» en todo el proceso de desarme como ha estado «haciendo hasta ahora». Afirmó Erkoreka que seguirán «vigilantes» para que los criterios de desarme se cumplan, evaluarán con el comité internacional de verificación las situaciones que se produzcan y si se dan las condiciones «ofrecerán la cobertura institucional» que le corresponde. «Nada puede decir sobre fechas ni actuaciones ni escenarios ni su presencia en tal o cuales actos, porque no es el Gobierno el que los convoca».
Además, señaló que el lehendakari espera mantener un nuevo encuentro Rajoy para hablar sobre el tema del desarme, –aunque el presidente del Gobierno no quiso confirmar si está prevista alguna próxima reunión. Desde el Gobierno vasco aseguran que existe el compromiso de comunicación cuando haya cuestiones relevantes y así se hizo antes de que se produjera el anuncio de desarme.
El Ejecutivo vasco también mantiene contactos con los interlocutores de los grupos de los colectivos sociales implicados en el desarme, los denominados «artesanos de la paz», dentro de esa labor de intermediación.
No está claro el papel que puede llegar a jugar la Ertzaintza en el proceso. Precisamente hoy se produce la primera reunión entre Juan Ignacio Zoido y la consejera vasca de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, desde la toma de posesión del nuevo ministro de Interior. En principio, la reunión no está programada para tratar el tema del desarme, pero será inevitable que se aborde la cuestión.