El PP vasco facilitará la aprobación de los primeros presupuestos del Gobierno de coalición en el País Vasco integrado por el PNV y el Partido Socialista de Euskadi. Los nueve parlamentarios liderados por Alfonso Alonso permitirán con su abstención que el lehendakari Iñigo Urkullu disponga de unas cuentas de 11.000 millones de euros, en una decisión de enorme alcance político que permite al Gobierno de Mariano Rajoy seguir profundizando en las relaciones institucionales entre los dos ejecutivos y al PP aumentar la confianza con la dirección nacionalista de Andoni Ortuzar, la cual el presidente ha asumido como propia.
El principio de acuerdo para abordar una negociación, que excluye a EH Bildu y a Podemos, constituye una «buena señal hacia afuera», como reconoció ayer Alfonso Alonso. Garantizada la estabilidad económica del País Vasco, las opciones para que el PNV facilite en el Congreso los Presupuestos Generales del Estado se acrecientan.
El PP vasco había insistido en su predisposición a facilitar un apoyo a las cuentas vascas de 2017 desde el pasado mes de enero, dentro de una estrategia de largo alcance coordinada con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Ni la presencia en el Ejecutivo vasco de tres consejeros del PSE-EE de Idoia Mendia, ni la presión de EH Bildu con ofrecimientos continuos y a la baja, modificaron el rumbo de un acuerdo que le garantiza al lehendakari Iñigo Urkullu contar con la base económica de un segundo mandato centrado, de momento, en la recuperación económica y el mantenimiento de los servicios sociales.
El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, junto a la secretaria general del PSE-EE, Idoia Mendia, el lehendakari Iñigo Urkullu y el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, coincidieron en la reunión que mantuvieron el pasado viernes en aprovechar la predisposición del PP vasco, que planteó la negociación a partir de principios generales frente a las reclamaciones de cambios de partidas presupuestarias como la que reclamaba EH Bildu, con 250 millones de euros en juego. Sólo un día después de aquella reunión, el presidente Mariano Rajoy ratificaba desde Bruselas la disposición del PP a apoyar al lehendakari Urkullu al afirmar que «no tiene ningún sentido paralizar la aprobación de un Presupuesto, porque perjudica a los ciudadanos».
El PP vasco y personalmente su presidente, Alfonso Alonso, insistieron públicamente en que la negociación presupuestaria en Euskadi discurría al margen de los contactos que se han mantenido entre el presidente Rajoy y Andoni Ortuzar a nivel nacional, y de los primeros encuentros en Madrid del ministro Cristóbal Montoro con el portavoz nacionalista en el Congreso, Aitor Esteban. Pero tanto Alonso como su portavoz en economía, Antón Damborenea, han reconocido en público y en privado que la radical transformación del clima entre ambos gobiernos y los dos partidos facilitaba la búsqueda de un acuerdo en materia socioeconómica, mientras que se mantiene una sima entre el PNV y el PP vasco en cuestiones como la reforma del Estatuto de Gernika o el proceso de Memoria y Convivencia, que serán analizados en sendas ponencias parlamentarias.
El PP vasco confía en que su abstención afiance el trabajo de aproximación realizado ya en Madrid con los nacionalistas vascos y utilizará la negociación concreta en Euskadi para mejorar aspectos que considera claves, como el apoyo a los centros concertados tanto en la educación obligatoria como en la Formación Profesional y las guarderías, la puesta en marcha de un proceso gradual de racionalización de la enorme estructura de la Administración vasca y el incremento de las inversiones reales de una economía que pretende que la aportación de la industria supere el 25% del Producto Interior Bruto (PIB). Propuestas abiertas sin una concreción presupuestaria rigurosa que han facilitado que el Gobierno vasco se decante por el PP cuando más presionaba EH Bildu para facilitar con sus votos los Presupuestos de 2017.
Una actitud que ayer destacó el portavoz y consejero de Autogobierno y Gobernanza Pública, Josu Erkoreka, que se felicitó por haber encontrado en el PP de Alonso una actitud «realista y de responsabilidad» para la búsqueda de un acuerdo que no quiso confirmar en la mañana de ayer, porque aún no se había producido el último encuentro entre el consejero de Hacienda Pedro Azpiazu y los representantes de EH Bildu.
Tras cerrarse a media tarde de ayer la posibilidad de acuerdo con la izquierda abertzale, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, culpó a EH Bildu de haberse dejado «coaccionar» por el sindicato nacionalista ELA, en una primera reacción que va a agrandar la distancia entre ambas formaciones políticas. Ortuzar, que hasta ayer había permanecido en silencio durante todo el proceso de contactos, aseguró que la coalición abertzale «tenía una oportunidad de condicionar la política presupuestaria vasca», pero que perdió esta opción al «dejarse secuestrar su capacidad de acción política» por el sindicato nacionalista, que mantiene una posición de confrontación directa con el PNV y con el Gobierno de Iñigo Urkullu.