ABC 05/06/17
· Iglesias se convierte en el líder peor valorado por los electores
· Ciudadanos sube por la fuga de apoyos de los populares tras los últimos casos de corrupción y gana nueve diputados respecto al 26-J
Los guiños de Pedro Sánchez a los votantes de Podemos y su imagen de líder rebelde de la izquierda le están dando resultado, y el PSOE empieza a consolidarse en la segunda posición con un fuerte trasvase de votos desde Podemos. En la última encuesta de GAD3 realizada para ABC se observa cómo el PP sufre un desgaste por los casos de corrupción y la polémica en la Fiscalía, pero volvería a ganar las elecciones en este momento, con una fuga de votantes indignados a Ciudadanos, mientras que los socialistas se nutren de la caída considerable de Podemos, ensimismado en su moción de censura.
El escenario en la izquierda española ha cambiado en apenas un par de años. Si antes Pablo Iglesias era el líder extraparlamentario que quería ser la voz de los derechos de la gente frente a los «aparatos» de los partidos, la casta, ahora quien parece cumplir ese papel es Pedro Sánchez. El reelegido secretario general del PSOE es quien está fuera del Congreso, se presenta como representante de la voz de la calle y de la izquierda que se rebela contra lo establecido y ganó las primarias aupado por las bases de su partido. El resultado es que el PSOE ha recuperado casi un millón de votos que en su día se pasaron a Podemos, según los datos de GAD3 facilitados a ABC.
La encuesta de GAD3 se realizó entre el 29 de mayo y el 1 de junio, es decir alcanza hasta la dimisión del fiscal anticorrupción, Manuel Moix, tras desvelarse su participación en una sociedad radicada en Panamá. No ha sido la mejor semana del PP, un partido que, desde la anterior encuesta, de febrero, ha tenido que afrontar una crisis política en Murcia, que acabó con la dimisión de su presidente regional, y el estallido de la Operación Lezo, que llevó a la cárcel a otro expresidente, Ignacio González, y a la renuncia definitiva de Esperanza Aguirre. De nuevo el fantasma de la corrupción se ha aparecido, sin descanso, en el PP. A pesar de este panorama el partido de Mariano Rajoy volvería a ganar las elecciones generales si se convocaran ahora. La buena marcha de la economía y el empleo, y la estabilidad que han dado los Presupuestos, han servido para amortiguar la caída, aunque los datos quedan eclipsados por la corrupción.
Luchas cainitas
El PP obtendría un 30,7 por ciento de los votos, que significarían 127 diputados. Es una caída significativa respecto a la anterior encuesta de GAD3, de febrero: 3,5 puntos menos y un pérdida de 19 diputados. Desde octubre, su mejor momento desde los comicios de junio, los populares se han dejado 32 escaños por el camino, pero siguen «vivos» en parte porque sus rivales, con altibajos, han tenido luchas cainitas y no acaban de despuntar, y también porque ya no existe una depresión económica ni recortes a la vista que aumenten la crispación social.
Lo que ha perdido el Partido Popular desde las elecciones generales del 26 de junio lo ha ganado Ciudadanos, en un trasvase prácticamente directo de voto: el PP pierde diez escaños y
Ciudadanos gana nueve. La suma de los dos es ahora de 168 diputados, y el 26-J fue de 169. En realidad, el contexto actual es el más favorable para el partido de Albert Rivera, al que le favorecen los efectos políticos de los casos de corrupción. Así se refuerza el eje principal de su discurso, la regeneración democrática frente a los «viejos partidos». El votante que se fuga del PP a Ciudadanos es, además, un elector de centro derecha que, probablemente, quiere que gobiernen los populares, pero los castiga y prefiere que dependan de la formación naranja.
Si el bloque de centro derecha se mantiene prácticamente intacto respecto a las elecciones del 26-J, en la izquierda ocurre otro tanto de lo mismo. En este caso hay trasvase de votos de Podemos al PSOE, y la suma de ambos sigue siendo la misma: 156 diputados, entonces y ahora.
Todas las encuestas confirman, una a una, que la formación de Pablo Iglesias tocó techo hace tiempo, y desde que pasó a ser un partido como el resto empezó a perder ese «encanto» inicial que pudo tener para una parte del electorado. Todo ello en medio de purgas internas, el hiperliderazgo de Iglesias y la visibilidad, cada vez más clara, de su ideario próximo a la Venezuela de Chávez y Maduro. El resultado de esos hechos es que desde junio Unidos Podemos ha pasado de tener 71 diputados a los 56 estimados, 15 menos, con un retroceso de 3,3 puntos. Su sueño de saltar sobre el PSOE y convertirse en el principal referente de la izquierda se ha hecho añicos.
Las primarias han sentado al PSOE como una especie de calambrazo que ha reactivado de golpe al partido, con un trasvase de votantes «podemitas», hasta llegar a la barrera psicológica de los 100 diputados, 44 más que Podemos, y 8,1 puntos por delante en estimación de voto. Sería el mejor resultado electoral de Sánchez, que se ha declarado «próximo» a los electores de Podemos y aspira a arrebatar un total de dos millones de votos a este partido.