ABC 24/08/16
· La llamada de Rajoy a Sánchez queda en suspenso hasta que haya acuerdo con C’s
Apartir del 2 de septiembre, si la segunda votación de la investidura de Rajoy resulta tan fallida como todo hace prever, los populares creen que se abrirá un «vacío» político en relación con el Gobierno de la nación, un «parón técnico» provocado por el imminente inicio de la campaña electoral para País Vasco y Galicia. Sólo cuando estas terminen, y en función de su resultado, se abre una nueva vía, una «segunda vuelta» a la que el candidato del PP podría apuntarse con alguna certeza más de aquellas con las que ahora cuenta.
Aunque en público se nieguen a reconocer que han tirado la toalla –y en privado algunos dirigentes veteranos mantengan la esperanza en un vuelco de última hora–, son muchos los responsables populares que confiesan estar convencidos de que la investidura de Rajoy resultará fallida. Pese a lo cual, van a mantener sus esfuerzos por conseguir el acuerdo con Ciudadanos y con Coalición Canaria porque «es vital lograr los 170 escaños».
Poner en evidencia al PSOE
Este, de hecho, será el argumento fundamental del discurso de investidura de Rajoy: «Poner en evidencia al PSOE de Pedro Sánchez por negarse a permitir que gobierne quien llega con todos esos apoyos». Más, recuerdan, de los que sostuvieron a gobiernos socialistas hace sólo algunos años.
Existe en algunos casos esa pequeñísima luz al final del túnel de quienes creen posible que «en el devenir del primer debate, y en las 48 horas que le separan de la segunda votación, podría pasar algo».
De momento, lo que no va a pasar –al menos no de forma inminente, si se atiende a lo dicho ayer por los portavoces oficiales del PP– es la llamada de Rajoy a Pedro Sánchez. El presidente en funciones ha decidido esperar a que el acuerdo con Ciudadanos esté cerrado para llamar al líder del PSOE. «Esto le sitúa en una posición de fuerza, porque le llama teniendo ya las condiciones del acuerdo», insisten en el PP.
Situándose en el escenario más probable, el del doble «no» el día 31 de agosto y el 2 de septiembre, en el PP miran ya hacia finales de este mes. Porque el espacio que se abre desde la segunda votación de investidura y las elecciones vascas y gallegas del 25-S es considerado, desde el punto de vista de la formación de un Gobierno en España, un tiempo muerto.
C´s advierte sobre el PNV
Sólo después de las vascas –cuyo resultado puede ser clave para el resto del Estado– el PP podría «tener otra opción»: será posible un escenario de otra investidura de Rajoy, previa una nueva ronda de consultas del Rey, tal vez a comienzos de octubre. Tras los comicios vascos, reflexionan en el PP, el PNV puede variar de postura, desde el «no» a Rajoy en el que ahora se ha situado. Y ese cambio podría arrastras al PSOE, especulan. O, al menos, les garantizaría «como mínimo, la abstención del PNV», seis escaños menos en su contra. Sin embargo, desde Ciudadanos Inés Arrimadas se apresuró ayer a precisar que Ciudadanos no aceptará que PNV o Convergència faciliten la investidura de Rajoy a cambio de contrapartidas,
Sea como sea, todo cuenta, máxime cuando en la formación conservadora están convencidos de que el PSOE «aguantará hasta el final» con su postura contraria a los populares. Ellos, por su parte, también piensan continuar dando la batalla. «Esto es una partida de póker; seguiremos jugando». De hecho, se consideran «los mejores» con los naipes, bromeaba un miembro de la cúpula directiva popular.
Hasta cien puntos de pacto
La negociación con Ciudadanos está en marcha, y esperan llegar a un compromiso final de cien puntos. No al pacto de gobierno, al que los de Albert Rivera se resisten –«y es lógico», apuntan en el PP–. No obstante, también en esto el mes de impasse que, según todo indica, va a suponer septiembre puede ayudar a acercar aún más las posturas y a conseguir entonces lo que ahora no es posible. «Para la siguiente investidura todos habríamos avanzado en nuestras posturas; a Ciudadanos tampoco le interesan unas nuevas elecciones», señala una fuente popular.
En cuanto al PSOE, siguen sin entender su «empecinamiento» en el «no» y les parece ilógica la posición de Sánchez, «con los resultados más adversos de la historia».