EL MUNDO – 05/05/16
· Altos cargos del partido intentan vencer sus reticencias Como alternativa se plantean encuentros cara a cara con los otros candidatos.
La cúpula del PP tratará de convencer a Mariano Rajoy de que acepte en esta campaña el debate a cuatro con Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias. La opinión mayoritaria en Génova es que esta posibilidad está ahora más cerca porque el argumento de que Ciudadanos y Podemos son extraparlamentarios ya no es válido. A pesar de ello el presidente, en una entrevista ayer en CadenaSer, no aclaró si participará o no en este formato, después de que en diciembre delegara su representación en la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Fuentes populares aseguran que Rajoy decidirá «al final» y en función de las circunstancias. En el comité de campaña han empezado a estudiar alternativas, como la celebración de tres debates cara a cara entre el presidente y el resto de candidatos.
El PP ha iniciado en Génova los preparativos de la campaña electoral después de que Mariano Rajoy confirmara el martes que su jefe de gabinete, Jorge Moragas, repite como director. El comité de campaña se reunirá esta semana para comenzar a definir la estrategia y los mensajes, tras un exhaustivo estudio de los datos de la encuesta postelectoral del CIS, que se están desentrañando en Génova y en Moncloa, según aseguran fuentes del PP.
La convocatoria formal de las elecciones del 26 de junio ha propulsado en apenas unas horas la discusión pública sobre los debates en los que participará Mariano Rajoy, después de que en la última campaña sólo aceptara el cara a cara con el candidato socialista Pedro Sánchez, y que el PP decidiera que la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría fuera su representante en el debate a cuatro con Albert Rivera y Pablo Iglesias.
Es un asunto que lleva días deliberándose en Génova sin apenas formalidad y sobre el que ayer el presidente se pronunció en una entrevista matutina en la Ser. Dijo que «a nadie le apetecen debates» en campaña electoral porque exigen «un gran esfuerzo» y no son «algo cómodo», pero precisó a continuación que no se trata de que a un candidato le apetezca o no, sino «de cumplir estándares democráticos razonables». Rajoy no aclaró si está dispuesto a enfrentarse a los candidatos del PSOE, Ciudadanos y Podemos.
Pese a las reticencias del presidente, miembros de la dirección del PP y, según fuentes populares el propio Moragas, son partidarios de que Rajoy debata esta vez junto a Sánchez, Rivera e Iglesias aunque se están analizando otras alternativas como celebrar tres cara a cara entre Rajoy y el resto. «Ahora es más posible el debate a cuatro que en las pasadas elecciones», señalan desde Génova, porque ya no sirve el argumento de que Ciudadanos y Podemos no tienen representación parlamentaria.
Sobre la mesa del jefe de gabinete de Rajoy se acumulan las propuestas de los medios públicos y privados, «incluso desde antes de que se convocaran las elecciones». Las fuentes consultadas, muy próximas al presidente, se inclinan a favor de que al menos pueda haber un debate a cuatro, si bien admiten que las peticiones son tantas que será un problema optar por una cadena. Aun cuando consideran «muy prematuro» dar una respuesta definitiva sí reconocen estar estudiando ya posibilidades y alternativas. La más novedosa pasaría por ofrecer «tres debates a dos» en los que el personaje fijo fuera el líder del PP.
Esta fórmula serviría para superar el argumento que se esgrimió en la campaña del 20-D, según el cual el candidato popular sólo debatiría con aspirantes a la Presidencia que tuvieran representación en el Congreso de los Diputados, una condición que no cumplían todavía ni Rivera ni Iglesias.
Además, con la fórmula «tres de dos», el PP sortearía el riesgo de ver a su candidato sometido al asalto de todos contra uno, un peligro que dan por cierto los populares. La alternativa de debatir por parejas permitiría al presidente en funciones amoldar su discurso y mensaje en función del adversario.
No obstante, todas las fuentes consultadas confirman que no hay nada cerrado y que Rajoy resolverá en función de las circunstancias y del desarrollo de la campaña. «No lo va a decidir hasta el final». Fuentes populares apuntan al peso que para él tienen las recomendaciones de su asesor personal y gurú electoral, Pedro Arriola. Pero recuerdan también que lo habitual en Rajoy es preguntar a las personas de su confianza, consultar con su entorno y conocer la posición de su jefe de campaña. Explican que si el presidente considera finalmente que le conviene a sus intereses electorales lo hará, asumirá el desgaste de no acudir o la crítica de enviar de nuevo a Sáenz de Santamaría para evitar de nuevo su foto junto a los líderes de la llamada nueva política.
EL MUNDO – 05/05/16