Rivera era la estrella de la clausura en el Máster en Gobierno, Liderazgo y Gestión Pública y, antes de que pronunciara su conferencia, Gabriel Elorriaga, profesor en la escuela y una persona muy cercana a Aznar, realizó una breve intervención sobre su figura.
Apenas hicieron falta unos minutos para provocar un nuevo conflicto entre la actual dirección del PP y el ex presidente del Gobierno. Elorriaga consideró a Ciudadanos, el competidor electoral del PP, como una opción «enormemente interesante» y lo elogió como alternativa política. «El caso de Rivera demuestra que la renovación puede venir de alternativas centristas, moderadas y liberales», dijo en referencia a que, a excepción de Emmanuel Macron en Francia, las opciones que han surgido en Europa lo han hecho «desde la radicalidad y los extremos».
Destacó también el «notable éxito» cosechado en las elecciones generales y subrayó que en Cataluña Ciudadanos es «la primera fuerza política de la oposición y la cabeza visible de la defensa de la unidad de España y de los valores que conlleva». Rivera, señaló, es un político de «una progresión extraordinaria, casi única en la historia política española». Aznar escuchaba sentado en primera fila.
El ex presidente no dijo una palabra –ya dijo de él en su día en TVE que es «una persona con unas cualidades personales relevantes»–. Recibió al líder de Ciudadanos y departió en privado 10 minutos con él. Pero es que Elorriaga no es cualquiera. Es un dirigente de su máxima confianza, una persona que aterrizó con él en Moncloa en 1996 como subdirector del Gabinete de la Presidencia del Gobierno y que posteriormente ha desarrollado una brillante carrera política en el PP. Responsable de Estudios y Programas, posteriormente de Comunicación, director de la campaña de 2004 de Mariano Rajoy, diputado… Sus diferencias con el actual presidente le dejaron fuera de las listas en 2011. Volvió a su plaza de inspector de Hacienda, colabora con el IADG y es patrono de Faes. Un hombre que ha sido muy importante en el PP es, pues, quien ayer alabó a Rivera.
En Génova lo que sucedió ayer en el IAGD les pareció «tremendo». «Con lo de Aznar de hoy [por ayer] ya tenemos bastante», señalaron fuentes del partido. Los elogios a Rivera se producen en un momento de extrema tensión entre el PP y Ciudadanos, enfrentados en la comisión sobre la presunta financiación ilegal de los populares.
En Ciudadanos, por supuesto, estaban muy satisfechos. Rivera defendió ayer que España está carente de un gran proyecto político, una opinión en la que coincide con Aznar. «Hay que volver a ilusionar a los españoles con un proyecto civil sin complejos y con valores patrióticos», sostuvo.
Al igual que suele hacer el ex presidente en sus intervenciones, en las que reclama de manera constante más reformas, Rivera defendió que el Gobierno «no se caracteriza por su capacidad reformista o de modernización del país».
DOS DISCURSOS COINCIDENTES
· José María Aznar.
En sus intervenciones como presidente de Faes es habitual escuchar a Aznar reclamar una reforma fiscal que no penalice a la clase media, una reforma educativa y una nueva reforma laboral que acabe con la precariedad.
· Albert Rivera.
Muchas de estas cuestiones son las que reclama también Cs. Ayer Rivera dijo que hay que batallar «intelectualmente contra el populismo» – algo que también pide Aznar – , instó a recuperar la clase media y defendió los valores patrióticos.