El PP impulsará otra fundación para sustituir a Faes, tras dejar que el ex presidente del Gobierno y ya ex presidente de honor del partido, José María Aznar, se haya quedado con esta organización, que él creó en 1989 pero que siempre ha estado ligada al PP.
El final de la convivencia entre Faes y el PP, firmado el pasado 3 de octubre, obliga ahora a Génova a poner en marcha otra fundación. Fuentes de la dirección nacional confirmaron ayer que estudian crear un nuevo laboratorio de ideas o reconvertir algún think tank de su órbita.
Entre las opciones figura Humanismo y Democracia, organización creada por el diplomático Javier Rupérez, pero reconvertida ahora en una ONG, lo que dificulta su relanzamiento. Las mismas fuentes explicaron ayer que el PP no quiere desaprovechar los fondos públicos que perciben las fundaciones vinculadas a los partidos políticos. En todo caso, se trata de un proyecto todavía muy embrionario, ya que el PP está volcado en el congreso del partido de febrero.
Sólo la renuncia de Aznar a la presidencia de honor del partido ha truncado los pacíficos preparativos de este cónclave. De hecho, el anuncio de su decisión el martes empañó la presentación de la ponencia Política y de Estatutos –la más importante–, que incluye un nuevo sistema de elección del presidente del partido, mediante un sistema de doble vuelta: en la primera votarán los militantes y en la segunda, los compromisarios en el congreso.
Ayer, Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, e Isabel Bonig, al frente del PP valenciano –las más firmes defensoras de permitir votar a las bases–, dieron el visto bueno al modelo propuesto por el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo.
Cifuentes aseguró que «avanza de manera clara» en la idea del PP de Madrid de un militante un voto y supera al sistema de primarias. La secretaria general del PP valenciano, Eva Ortiz, defendió que «como primer paso mejora respecto a la solución anterior y es aceptable porque es un avance hacia la apertura del partido».
Mientras, con la calma como elemento vital en el PP, el partido despidió ayer a Aznar intentando restar importancia a su marcha. En un corrillo con periodistas en Moncloa, con motivo de la Copa de Navidad, Mariano Rajoy anunció que no va a decir «nada» sobre el portazo dado por Aznar y bromeó sobre la situación del partido y su reciente visita a Nueva York: «El PP está mejor que la ONU». La dirección intenta presentar la despedida de Aznar como algo «lógico», como un paso natural tras la desvinculación de Faes del PP.
Sin embargo, fuentes populares confirman que el ex presidente deja la presidencia de honor «harto» de los continuos desplantes de Génova. Aznar no había recibido aún una invitación formal al congreso del PP. Nadie de la dirección se había puesto en contacto con él desde que fue convocado. Pero la razón fundamental es su absoluto cuestionamiento «del PP de Rajoy». Aznar piensa que su obra se está derrumbando.
No quería acudir al cónclave para quedarse callado porque no está de acuerdo con la falta de proyecto político y la inexistencia del partido, explican fuentes populares. Tampoco pretendía que un discurso suyo, con los puntos sobre las íes, monopolizara el congreso. Lo que tenga que decir lo hará ahora a través de Faes.
LA DESPEDIDA DE AZNAR
Isabel Bonig.
La presidenta del PP valenciano calificó de «triste» la decisión del ex presidente.
Juan Vicente Herrera.
El presidente de la Junta de Castilla y León, muy cercano a Aznar, aseguró que le resulta «imposible» hacer una valoración de su renuncia, pero valoró como «coherente» que se mantenga como militante.
Cristina Cifuentes.
La presidenta de la Comunidad de Madrid dijo «respetar absolutamente una decisión personal».
Jesús Posada.
El ex presidente del Congreso defendió que el PP y Aznar no se enfrentarán.