La sociedad española no ha mostrado excesivo interés en participar en las elecciones europeas: apenas ha habido una participación del 50%. O sea, que, en general, a la gente no le importa demasiado qué camino transite Europa, como siempre, y, por lo que se ve, tampoco en España, donde el PSOE resiste gracias al estratega Sánchez, que sigue siendo más listo que Feijóo, incapaz de dar la puntilla a quien ha traicionado a España. Es decir, que el PP de Feijóo ha ganado las elecciones europeas, sí, pero sigue sin ser lo suficientemente hábil como para terminar el trabajo supuestamente iniciado, para darle la puntilla. La coalición supuestamente progresista pierde en eurodiputados, pero los resultados no van a suponer gran desgaste para Sánchez, que sigue vivito y coleando, tanto por méritos propios como errores ajenos, como suelen ser los duelos en la política y en la vida. El PP sigue sin poder zafarse de Vox, su escisión por la derecha, lo que condiciona el discurso de Feijóo e impide que adquiera más fuerza. Y eso a pesar de la corrupción y de la amnistía, la mayor de las corrupciones.
Rompiendo España a plazos
A la gente no le importa demasiado qué camino transite Europa y, por lo que se ve, tampoco España; y cuando le importa, casi es peor pero sin el casi, porque opta por partidos estrafalarios o de extrema derecha, o por ambas cosas al tiempo. O por apoyar a sus socios populistas e independentistas, dispuestos a seguir rompiendo España, aunque sea a plazos. Son cualquier cosa menos progresistas, pero vete a explicarlo a las calles, a las plazas y a los pueblos. La alternativa a una cosa y a la otra era Izquierda Española, pero la gente no tiene el gusto de conocerla. Es lo que tiene no disponer del dinero necesario para enfrentarse a los dinosaurios que envejecen a nuestra costa. Por eso finalmente no ha logrado representación en las elecciones europeas. Se prefiere a Se ha acabado la fiesta, de Alvise, con ochocientos mil votos en el bolsillo. Quiero pensar que no tenemos lo que nos merecemos. O que no merecemos lo que tenemos.
Podemos no gana a Sumar
Así que el PP supera al PSOE pero por la mínima, tal como se esperaba. Poca cosa para forzarlo a convocar elecciones generales. O, mejor aún, para que se vaya a su casa. Y Europa se enfrenta a un grave problema con el crecimiento de partidos que no creen en Europa, como ocurre por nuestros lares, donde seguirán mandando quienes no creen en España. Por lo demás, la derecha democrática crece y la izquierda se debilita, otra cuestión que deberá analizarse con calma: ¿es culpa de la izquierda o es culpa de esta izquierda? Puestos a ser pesimistas, ni siquiera Podemos ha superado a Sumar, lo que hubiera sido justicia poética. El PP tiene trabajo por delante.