EL CORREO 08/06/13
· El rechazo de los populares dificulta el consenso que el PNV y el PSE quieren recabar para esta iniciativa, a la espera de conocer la postura de EH Bildu
El PNV y el PSE tendrán que plantearse la posibilidad de que el Instituto de la Memoria no logre recabar el consenso político deseable. Como ya ocurriera con la ponencia de paz, el PP ha decidido desmarcarse del proyecto.
El secretario general del PP vasco censuró que en la redacción del proyecto «no se haga una mención expresa» a las víctimas de ETA, como también que se hable de «la memoria como si fuera algo etéreo». «Lo que nos han presentado no nos gusta nada», aseguró. Oyarzábal consideró que el posicionamiento «abierto» de la iniciativa puede ser un «guiño al mundo de Bildu», algo por lo que no están dispuestos a pasar. Es más, el dirigente popular estimó que esta iniciativa viene a «desnaturalizar» el proyecto «verdaderamenasí lo dieron a entender ayer por medio de su secretario general, Iñaki Oyarzábal, que se mostró especialmente contundente. Tildó de «inaceptable» la puesta en marcha de este centro por «desdibujar» el que debería ser, a su juicio, su «verdadero objetivo»: «Hablar de las víctimas del terrorismo».
La postura de los populares no sorprendió en exceso. Lo que hizo Oyarzábal fue corroborar un cierre en banda que su partido ya escenificó en la pasada legislatura, cuando la idea de alumbrar un instituto de estas características cobró forma. Pese a que en un inicio el PP optó por mantener una actitud más moderada –es decir, rechazó la iniciativa pero no descartaba la posibilidad de sumarse al acuerdo en un futuro–, las críticas fueron finalmente ‘in crescendo’. Está previsto –en contra del criterio de los populares– que este organismo abarque no solo diferentes periodos históricos, sino también distintas violencias y colectivos de víctimas: Guerra Civil, franquismo, terrorismo –ETA, los GAL, el BVE y otros grupos– y los excesos cometidos por miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado. En el PP no entendían, ni lo hacen ahora, la apuesta del PNV y PSE por «mezclar cosas que no tienen nada que ver».
El partido conservador –en aquella época en manos de Antonio Basagoiti y, ahora, de Arantza Quiroga– rehusó firmar la proposición de ley, al igual que lo hicieron UPyD, EA y la vertiente oficial de Aralar. Estos dos últimos aseguraron que, de someterse a votación la posibilidad de debatir la propuesta, se abstendrían por lo que lo suyo no fue un portazo al instituto. La duda reside ahora en si EH Bidu, la coalición de la que forman parte EA y Aralar junto a la izquierda abertzale y Alternatiba, optará por dar su beneplácito a la misma.
Las elecciones autonómicas, y la consiguiente disolución de la Cámara, pospusieron la puesta en marcha de este centro hasta esta nueva legislatura. El reto y la voluntad siguen siendo los mismos: dotar al proyecto del mayor consenso posible. La dificultad también es similar. Todo hace prever que el PP y UPyD se mantendrán a un lado. Sobre todo, a raíz de las declaraciones vertidas ayer por el cuarto partido de Euskadi, después de que la víspera el PNV y el PSE le trasladaran –así como a EH Bildu– las líneas generales del preacuerdo alcanzado por ambos partidos para impulsar la creación del instituto. Un texto que, por otro lado, no varía demasiado el contenido de la proposición que consensuaron el pasado año, junto a Ezker Anitza y los parlamentarios a posteriori expulsados de Aralar. te importante» para su partido, que es el centro de la memoria por las víctimas del terrorismo que contempla la ley estatal.
El Instituto de la Memoria y la Convivencia –así se denominaría– espera reunir en su seno a todas las administraciones públicas de Euskadi, pero el hipotético desmarque de los populares y de EH Bildu, en cuyas manos descansan buena parte de las instituciones vascas, podría dar al traste con la idea de crear un ente plural desde el que gestionar las políticas en materia de reconocimiento a todas las víctimas y en defensa de los derechos humanos.
De ahí, y dado lo sensible de esta materia, que el PNV y el PSE busquen ampliar su consenso, pese a que podrían aprobar el plan únicamente con sus votos. En esta idea ahondó ayer el socialista Rodolfo Ares, quien consideró que las políticas que gestionará el organismo son «necesarias» para que «la memoria perdure». «Todos debemos ser capaces, cada uno asumiendo su responsabilidad, de construir juntos el futuro», apostilló Ares.