Juan Mari Gastaca, EL PAÍS, 13/5/12
La interesada ruptura del pacto con los socialistas sitúa al PP vasco en su única disyuntiva política posible para la próxima legislatura: caminar solo o hacerlo en compañía del PNV. Antonio Basagoiti, cada vez más líder indiscutido dentro de esta organización que acaba de renovar su apuesta programática en uncongreso sin sobresaltos, así lo tiene interiorizado, convencido de que va a seguir rentabilizando su apuesta de considerarse un anclaje sobre el que pivotar una acción de gobierno.
El PP sabe que nada pierde con desligarse ahora del PSE-EE porque, de hecho, ya ha rentabilizado todas las posibles ganancias a su alcance. Sin aquel acuerdo que volteó a Juan José Ibarretxe hasta provocar su retirada de la política, los populares apenas habrían tocado pelo en la escena vasca. Venían de una traumática sucesión de María San Gil, Basagoiti apenas era conocido por sus entretenidas batallas dialécticas con Iñaki Azkuna en el Ayuntamiento de Bilbao y el populismo de sus mensajes, y en el apoyo al cuestionado Mariano Rajoyexistía un núcleo de derecha extrema que bramaba a media voz.
Ahora, en cambio, el principal problema para el PP vasco radica en cómo hace frente al desgaste que le suponen los recortes de su Gobierno en prestaciones sociales y la incapacidad para aplacar los latizagos de la crisis. Aquel escenario idílico, donde una mayoría absoluta les auguraba la posibilidad de rentabilizar en Euskadi la generosidad de Madrid como el PNV ha ido haciendo en las últimas décadas, es hoy una quimera rota en mil pedazos. Basagoiti lo sabe porque le ha bastado una mirada rápida a Andalucía, sobre todo, y a Asturias para darse cuenta. Quizá ahí se encuentre la razón de su mensaje armonizador hacia el resto de fuerzas, pero con un guiño esmerado hacia el PNV.
El PP teme quedarse de convidado de piedra en unas próximas elecciones autonómicas donde el efecto de la polarización PNV-Amaiur puede arrastrarles, al igual que al PSE-EE, su rival a batir. Como medida preventiva, Basagoiti ha optado por volver a abrir el abanico de su capacidad de entendimiento, convencido de que la necesidad del PNV por apuntalar una mayoría de gobierno le convierte en primera opción. Y este discurso posibilista ha calado en su partido sobre todo porque va acompañado de una justificación que toca la fibra del afiliado: «lo hacemos para aplacar al nacionalismo y evitar que gobiernen los independentistas».
Por el camino está el riesgo. Basagoiti, más sólido con el paso del tiempo pero dejando demasiados pelos en la gatera en una rocambolesca escenificación del alejamiento de Patxi López, no olvida que en las últimas generales el PP en Euskadi le fue imposible rentabilizar la ola Rajoy. Más aún, es consciente de que en el próximo reto electoral, el voto útil puede volatizar una parte sensible de sus opciones. Y, sobre todo, que cuando lleguen las urnas en Euskadi las heridas de la crisis quizá ya son más profundas.
Juan Mari Gastaca, EL PAÍS, 13/5/12