Los tiempos están cambiando, pero para todos. Y el lehendakari parece no darse por enterado. Liderar en el Parlamento y hacer lo propio en un foro extraparlamentario al que le ha encarrilado el mismísimo entorno de ETA, es intentar inventarse la Euskadi que no existe.
No hay posibilidad de entenderse. Parece una sentencia del Partido Socialista dirigida al PP. Pero no. En este caso, ha sido Patxi López quien la ha pronunciado para dar el primer aviso al lehendakari. Y es que Ibarretxe, metido en la aventura extraparlamentaria de poner en marcha la mesa de partidos que le exigió Otegi antes de la votación de su investidura, sigue aferrado a su guión que, como todo el mundo sabe y dicho sea con todos los respetos, ha quedado ciertamente obsoleto. Parece contranatura que el lehendakari que ejerce su papel gracias al poder que le otorgan las instituciones democráticas de la que mucho de los suyos reniegan (Imaz es otra cosa) pretenda repicar a misa y estar en la procesión.
Liderar en el Parlamento y hacer lo propio en un foro extraparlamentario al que le ha encarrilado el mismísimo entorno de ETA, que tiene el mismo aprecio por las instituciones democráticas que el que pudieran tener Azkarraga o Egibar por el PP, por ejemplo, es intentar inventarse la Euskadi que no existe. Los tiempos están cambiando; cierto, pero para todos. Y el lehendakari parece no darse por enterado. Su plan fracasó. No sólo porque lo echaron para atrás en el Congreso de los Diputados sino porque los electores vascos no lo refrendaron en las urnas al darle 135.000 votos menos de confianza que en los comicios anteriores. Y parece lógico que él quiera ser el perejil de todas las salsas pero resulta recomendable saber, en estos casos, quién manda aquí.
Y le resultará tan molesto como al mismo presidente Zapatero, pero de momento, aquí sigue mandando quién tiene más poder de presión. Y, hasta la fecha y por lo que hemos visto en la agenda estival, siguen dirigiendo los tiempos desde el entorno de ETA-Batasuna. Quizás por eso, el socialista López le haya querido propinar el primer revés del curso. A ver si reacciona. En la mesa de partidos tiene que estar representada la pluralidad política del país. Suena muy bien. Firme, democrático, radical, casi convincente. Pero… ¿cómo se pasan a limpio estos deberes?
Convendría preguntar a Patxi López qué piensa hacer él para que esté representada toda la pluralidad vasca en una misma mesa. Porque se le ha visto desplegar todos sus esfuerzos para posar con la ilegalizada Batasuna. Pero no se ha dado una imagen similar con María San Gil.
Y al decir, en relación al PP, que «ojalá se sume al recorrido» recuerda las mismas palabras que pronunciaban los nacionalistas del Pacto de Lizarra en relación a los socialistas cuando rehuían establecer acuerdo alguno con ellos. Lo peor de todo es cuando ellos mismos reconocen que se están ocupando más de las próximas elecciones municipales que del proceso del fin del terrorismo. Cuando priman los intereses de partido suelen venir los desencantos.
Tonia Etxarri, EL CORREO, 6/9/2006