El problema es el desgobierno independentista de Mas, no España

EDITORIAL ABC 07/08/13

· La Generalitat insiste en su inverosímil excusa victimista, olvidando convenientemente que en Cataluña no ha habido otra cosa que gobiernos nacionalistas o sucedáneos de estos.

El presidente del Gobierno catalán, Artur Mas, anunció ayer la prórroga de los presupuestos actuales para todo 2013, lo que supone para Cataluña un duro golpe en sus expectativas de recuperación. Las leyes de presupuestos anuales son instrumentos esenciales de la política económica porque las previsiones de ingresos y gastos implican un compromiso de los gobiernos con la sociedad y, al mismo tiempo, sientan las bases para que ciudadanos y empresas sepan cuáles son las reglas fiscales de la actividad económica. Por algo, el parlamentarismo tiene su origen en la aprobación de los impuestos. Pero Artur Mas no sabe de historia política y sí, mucho, de política ficción, que es la propia de los nacionalismos extremistas, siempre prestos a huir de sus responsabilidades cuando fracasan en la gestión de los problemas.

Para Artur Mas, la culpa de la prórroga presupuestaria es del Gobierno de Mariano Rajoy, por haberles permitido tan sólo un déficit del 1,58 por ciento –que, además, van a recurrir–, cuando el Ejecutivo catalán reclamaba el 1,8 por ciento. Así es como el nacionalismo agradece el déficit asimétrico con el que el Gobierno de Rajoy ha tratado muy benévolamente la pésima política económica de Mas, que insiste en que si el Gobierno central –incomprensiblemente callado– pagara lo que debe a Cataluña, nada de esto pasaría. La Generalitat cierra su inverosímil círculo victimista, olvidando convenientemente que en Cataluña no ha habido otra cosa que gobiernos nacionalistas, bien en su versión original, bien en el sucedáneo socialista, y que estos han decidido a sus anchas en qué gastaban y en qué no, gestionando Cataluña como un coto privado. Culpar ahora a otros de su descalabro económico es un insulto a la inteligencia de los ciudadanos, empezando por los propios catalanes.

El principio de solidaridad obliga a ayudar a las regiones en crisis y el Gobierno de Rajoy lo está haciendo con Cataluña pagando facturas y permitiendo un déficit a la carta que chirría con el principio de igualdad; también lo hace no interviniendo las cuentas de una Comunidad Autónoma quebrada, en la que Según el Sindic de Greuges, el Defensor del pueblo catalán, 50.000 niños catalanes presentan síntomas de malnutrición. Mientras Artur Mas sigue perdiendo el tiempo con su proceso soberanista y financiando «embajadas» y campañas separatistas, Cataluña da avisos de un deterioro social cada día más grave.

EDITORIAL ABC 07/08/13