ABC 05/06/16
· Sánchez se volcará en Andalucía para que Iglesias no le gane en toda España
El procesamiento de los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán en el caso de los ERE ha supuesto un duro mazazo para el PSOE en el peor momento, a las puertas de la campaña electoral, y en el peor territorio, Andalucía, donde los socialistas se juegan verdaderamente el ser o no ser en estas elecciones. Si el PP les gana y Podemos se les acerca en Andalucía, la debacle de Pedro Sánchez a manos de Pablo Iglesias en toda España estará asegurada. No en vano, el 25% de los 5.530.779 votos que recibió el partido el 20-D es de andaluces; si cayera sustancialmente, la suma Podemos-IU ya no tendría obstáculos en su aspiración de segunda fuerza.
Eso, por lo que respecta a la izquierda, pero es que, además, por la derecha el procesamiento también le ha hecho un «roto» a una estrategia consistente en llegar al 26-J con el PP contra las cuerdas por la corrupción de la trama Púnica y los últimos escándalos del PP valenciano. La Dirección Federal socialista se apresuró a señalar, tras conocer el auto del juez Álvaro Martín, que el caso ERE está «amortizado» a efectos de opinión pública. Y, a diferencia del PP, resaltan en Ferraz, los implicados ya han depurado sus responsabilidades políticas. De hecho, lo hicieron el lunes de esta semana, antes incluso de hacerse público el auto, aunque no trascendió hasta el miércoles a mediodía.
Los dos históricos dirigentes socialistas pidieron con sigilo al secretario de Organización de la federación andaluza, Juan Cornejo, que tramitara su baja. El procedimiento no es baladí porque no han querido hacerlo pasar por Ferraz, dejando así patente su distanciamiento con un Pedro Sánchez que siempre ha marcado distancia sobre ellos. Y no es que el sentimiento respecto a Susana Díaz sea muy distinto.
Competencia Sánchez-Díaz
De hecho, Chaves y Griñán creen que su desgracia política empezó el día en que la presidenta andaluza se puso a competir con Sánchez y, de un plumazo, la obligación de dejar cargos y militancia en la «apertura de juicio oral» –así lo estipula el código ético de los socialistas– se adelantó a la «imputación». Ese día, según circula en los ambientes socialistas, un Griñán abatido al ver cómo se comportaba su hija política dijo: «Susana nos ha matado». Los dos expresidentes están hoy retirados de la vida política y «viviendo de sus pensiones», como se encargó de recalcar esta semana el portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Antonio Hernando, para diferenciar las irregularidades de gestión que los dos expresidentes hayan podido cometer en el caso de los ERE, de temas como el del extesorero del PP Luis Bárcenas, que tiene 48 millones de euros en Suiza. Aun así, sus nombres siguen de máxima actualidad en el seno del PSOE y su suerte ha puesto al partido a la defensiva, por más que se intente negar la evidencia.
Hasta internamente los críticos de Sánchez han utilizado la «deslealtad» que creen que cometió, al decir que él es un político «limpio» y el suyo será el gobierno de la «honradez intransigente». «¿Qué quiere decir, que Chaves y Griñán no lo son?», se preguntaba indignado el jueves un exdirigente de la vieja guardia. Al día siguiente, Felipe González ponía voz al malestar con Sánchez al afirmar que «sin ninguna duda» pone la mano en el fuego por dos «inocentes», una postura la suya de la que algunos (Sánchez) «se escapan».
· En el peor territorio
El procesamiento dificulta la campaña a la federación más potente en plena pelea con Podemos Sánchez espera réditos Lejos de afectarle la crítica interna por su «deslealtad» con los expresidentes, se reafirma en su «limpieza»
González, muy molesto
Y no solo eso, González, muy molesto con su sucesor al frente del partido, le lanzaba una carga de profundidad que, según cómo sea el resultado del 26-J, traerá cola. El expresidente del Gobierno dijo que él no es partidario de una gran coalición PP-PSOE (con entrada en el Gobierno incluida), pero nada dijo de una posible abstención de los socialistas en la investidura de un candidato del PP. Algo que también han insinuado barones en activo, como el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, o el aragonés, Javier Lambán. Pero el candidato socialista a La Moncloa parece hacer oídos sordos a todo ese juego subterráneo en el partido. El jueves, cuando este periódico publicó las duras críticas que habían suscitado sus alusiones a la «limpieza», desde su entorno se aseguró a ABC que no cambiará de estrategia porque está convencido de que le dará resultados en las elecciones generales.
Nada más aterrizar en Tenerife, Sánchez insistió en su primera declaración tras el procesamiento en que, si es presidente, su gobierno será «el de la honradez y la exigencia», las mismas palabras que el miércoles generaron tanta polémica interna. «Nosotros vamos a plantar cara a la corrupción», aseguró; y desafiando a sus críticos repitió por segundo día: «Yo he demostrado no solamente con palabras, sino también con hechos, que soy un político limpio».
Sánchez se va a volcar en Andalucía. El martes será presentado en un desayuno informativo en Sevilla por Díaz, luego volverá a lo largo de la campaña y el viernes 24 el mitin vespertino de cierre será también allí, volviendo a Madrid para medianoche.