Mikel Buesa, mikelbuesa.wordpress.com, 16/9/11
Los grandes maestros suelen tener la virtud de clarificar, en pocas palabras, lo que para los demás es un enmarañado tema hilvanado con confusiones. Uno de esos maestros es el profesor Jiménez de Parga, ilustre académico de Ciencias Morales y Políticas, catedrático de Derecho Constitucional y ex presidente del Tribunal Constitucional español.
Don Manuel ha publicado hoy en El Mundo un escueto artículo titulado «El Estado federal y el Estado autonómico» en el que ha dejado bien claro lo siguiente:
- El Estado federal, heredero de la «Confederación originaria» en Estados Unidos, mantiene entre sus principios básicos el de «la igualdad formal de las comunidades que lo componen».
- Como fruto de ese principio, en la actualidad, en los Estados federales se cumple la regla «la autonomía legislativa de los estados federados», de manera que «poseen competencia para dictar leyes que no son de rango inferior al las leyes de la federación».
- Y cuando se plantean conflictos entre las normas legales, «se resuelven conforme a la distribución de competencias señalada en cada Constitución».
Dice también el profesor Jiménez de Parga que el anterior no es el caso de España, puesto que nuestra Constitución sí establece una jerarquía entre las leyes del Estado y las de las Comunidades Autónomas. En palabras del académico, «en el artículo 149.3 de la Constitución se afirma: a) Que las normas del Estado prevalecerán, en caso de conflicto, sobre las normas de las comunidades autónomas en todo lo que no esté atribuido a la exclusiva competencia de éstas; b) Que el derecho estatal será, en todo caso, supletorio del derecho de las comunidades autónomas».
Queda claro, entonces, que el Estado Federal no es compatible con nuestro ordenamiento constitucional, puesto que —dice Jiménez de Parga— «un Estado federal no suele admitir la prevalencia del derecho de la federación». Y sentencia: «con nuestra vigente Constitución, el Estado de las autonomías no es un Estado federal, ni puede transformarse en tal».
Estas apreciaciones del profesor Jiménez de Parga viene muy bien para clarificar el carácter contradictorio del discurso de Rosa Díez. Por una parte, dice defender a nuestro Estado constitucional, pero por otro ha sentado las bases de su destrucción en los documentos doctrinales de su partido.
A esta diputada se le suele llenar la boca de descalificaciones a los demás partidos, singularmente al PP y al Psoe, en nombre de la defensa de la Constitución. Hace nada arremetió contra ambos diciendo que habían «expropiado la Constitución y la democracia» por el hecho de proponer una reforma constitucional para reforzar el principio de estabilidad presupuestaria. Y podrían citarse numerosas intervenciones diciendo que ella defiende al Estado para defender la igualdad de los españoles.
Pero, simultáneamente, tiene en su programa, formulado en la ponencia política del único congreso que ha celebrado su partido, el desiderátum de establecer en España un Estado federal. El mismo Estado federal que, como nos enseña Jiménez de Parga, es incompatible con la Constitución.
Esto, que puede parecer muy abstracto, es sin embargo tremendamente práctico. Por ejemplo, en el Estado Federal de Rosa Díez, el presidente de la Generalidad de Cataluña estaría justificado al decirle al Tribunal Supremo que no se meta en sus asuntos y que aplique las leyes catalanas. Y, de paso, los padres catalanes que quieren que sus hijos sean educados en español, no tendrían la menor posibilidad de ver acogidas sus aspiraciones en los órganos jurisdiccionales del Estado. Afortunadamente, el Estado Federal de Rosa Díez todavía no existe y, por ello, esos padres han podido ver que el Supremo y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña les dan la razón.
Rosa Díez es, por tanto, un caballo de Troya cuyo proyecto político, más que defender nuestro sistema constitucional y nuestro Estado Autonómico, lo que trata es de destruirlo. Conviene recordarlo ahora que se acercan las elecciones para que no ocurra, una vez más, que los electores, encantados por los demagógicos cantos de sirena de esta diputada, se vean engañados por ella.
Mikel Buesa, mikelbuesa.wordpress.com, 16/9/11