IGNACIO CAMACHO-ABC

  • Asimetría significa desigualdad: más competencias, más dinero, más derechos, más privilegios políticos y financieros

Te acordarás, querido amigo, del argumento, el sentimiento más bien, que en los tiempos liminares de la autonomía nos llevó a simpatizar con el andalucismo. Lo llamábamos el agravio comparativo y se trataba de evitar una España de dos velocidades, un país dividido entre territorios pobres y ricos. Y en buena medida lo conseguimos: con todos sus errores, sus excesos y sus vicios, el modelo autonómico surgido de aquel movimiento logró establecer un cierto equilibrio, un mecanismo de solidaridad imperfecta contra el que no han dejado de luchar los nacionalismos en su eterna búsqueda de prerrogativas y franquicias para su exclusivo beneficio. Por eso, cuando ahora te escandalizas de las exigencias separatistas para investir a Sánchez no es que me extrañe sino que me resulta inevitable decir que no tienes derecho a quejarte. Es lo que votaste el domingo creyendo que así combatías una presunta amenaza contra tus libertades.

No te lo reprocho, incluso lo entiendo: era difícil resistir la propaganda contra el peligro de la derecha rancia. Y los de Vox hicieron todo lo posible por estimularla con sus declaraciones estridentes y sus obras de teatro canceladas. El año pasado, en un arrebato de pragmatismo, votaste a Juanma para evitar que Olona te gobernara, pero por la razón que fuera esta vez sentiste que Feijóo no te inspiraba suficiente confianza. La vieja placenta ideológica te llamaba tocando tus fibras de nostalgia. Durante varias semanas dudaste entre el desencanto que había crecido en ti en la última etapa y la cosquilla de una especie de lealtad biográfica. Y al final venció ésta, quizá porque en el fondo pensabas, como casi todos, que el vuelco se iba a producir de todas maneras y que al menos así estarías en paz con tu conciencia. Y mira por dónde, ese voto al que diste tantas vueltas lo van a acabar administrando a pachas entre Otegi, Puigdemont y Junqueras.

Va a ser tarde para torcer el gesto. Con el objeto de calmar a los que saben que no vais a estar de acuerdo han inventado el sintagma eufemístico del ‘diseño asimétrico’, pero tú ya tienes demasiada experiencia para chuparte el dedo: asimetría significa desigualdad, desproporción, diferencias de trato, privilegios en el ámbito político y en el financiero. Más competencias, más derechos, más influencia, más dinero. Y ya veremos si un referéndum, que no será integrador como aquel nuestro de febrero. Lo que les caiga llevará el apoyo de los votantes ‘de progreso’ andaluces, extremeños, castellanos o manchegos. La primera vez, hace cuatro años, quizá os engañaron pero en esta ocasión estaba todo claro de antemano. Pudisteis elegir continuidad o cambio, y en cada opción iba un partido mayoritario con sus respectivos aliados. No seré yo el que te reprenda por escoger libremente el que te pareció menos malo. Pero no me cuentes tus reparos el próximo día que nos veamos.