Después de la traumática fractura por la investidura de Mariano Rajoy, el PSOE y el PSC se sientan hoy a uno y otro lado de la mesa para abordar el futuro de una relación fraternal que dura ya cuatro décadas, y que a día de hoy se encuentra herida por culpa de la ruptura de la disciplina de voto. La voluntad de ambas partes está en curar las desavenencias y mantenerse juntos, aunque eso no significa que no vayan a introducirse algunos cambios en su «protocolo de unidad». Antes de eso, el líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, trae hoy a Madrid una primera petición para Javier Fernández: quiere la entrada de un miembro del PSC en la Gestora, donde ahora no hay ningún representante.
Ayer, desde Ferraz, el responsable de Política Exterior de la Gestora del PSOE, Ricardo Cortés, admitía que esa «posibilidad» está sobre la mesa y que es una de las cuestiones concretas que pueden quedar resueltas en el encuentro bilateral. El PSC cree que debe haber una decisión al respecto, pues se trata de una plaza reservada por la situación de interinidad en la que se encontraba el PSC.
En cualquier caso, la cita tiene un trasfondo de mucho mayor calado y pasa por cómo se recomponen los puentes que saltaron por los aires después de que el PSC ignorase la decisión del Comité Federal acerca de abstenerse en segunda votación para permitir a Rajoy poner fin al bloqueo institucional y formar un Gobierno. Los diputados del PSC encabezaron la rebelión interna y votaron no, desatando una crisis a la que hoy quiere hacerse frente. El asunto es delicado, pues está en cuestión la continuidad de los representantes del PSC en los órganos de dirección del PSOE, no sólo del Grupo Parlamentario. Algo que implicaría una revisión profunda del código que regula las relaciones entre los dos desde 1978.
Y es que el llamado «protocolo de unidad» garantiza la representación de los socialistas catalanes en los principales órganos del PSOE: la Comisión Ejecutiva Federal, el Comité Federal y el Congreso Federal, y a cambio obliga al PSC a la «aplicación en Cataluña de las resoluciones adoptadas» en ellos. El propio Iceta planteó hace unas semanas que las posibilidades ante la crisis abierta son cuatro: mantener el protocolo de unidad, copiar el modelo de los democristianos alemanes de la CDU y sus aliados socialcristianos de Baviera (CSU), crear una federación catalana del PSOE que compita con el PSC en Cataluña o que esa federación catalana del PSOE acabe convergiendo con el propio PSC.
Desde la Gestora, Cortés subrayaba ayer que la reunión debía servir para «establecer una relación de simetría, desde el diálogo y el respeto» de la que se extraigan «conclusiones positivas», informa Europa Press.
Por su parte, Iceta, recién reelegido en primarias, admitía que la relación está dañada pero advertía de que una eventual ruptura se podría entender como que «el PSC se desentiende de España y el PSOE se desentiende de Cataluña», algo que en su opinión sería un error y que daría alas al independentismo.
El secretario de Organización del PSOE andaluz, Juan Cornejo, se mostraba estos días seguro de que habrá un «entendimiento», porque ambas formaciones quieren seguir «unidas», al tiempo que recordaba que será «siempre» el Comité Federal el que decida. Pero desde Extramadura se urgía a resolver el problema de la «asimetría» PSOE-PSC.