EL PAÍS, 7/7/2011
El PSE-EE trasladará a su acción parlamentaria el espíritu de nuevo impulso para la segunda parte de la legislatura que el lehendakari, Patxi López, anunció el viernes a sus altos cargos y cuyas concreciones expondrá en el debate de política general de finales de septiembre.
«Es el momento», dijo ayer el secretario general del grupo parlamentario, Óscar Rodríguez, que realizó balance junto a la también parlamentaria Natalia Rojo. Rojo resaltó el pluralismo de las «transacciones» que el grupo que sostiene al Gobierno viene protagonizando en el Parlamento, más allá de su pacto básico con el PP. «Los acuerdos con el PNV son más del doble», destacó, para poner en valor la cultura de acuerdos abiertos del «nuevo tiempo» propiciado por el Gobierno socialista de López. «Hemos quebrado el mito de los frentes», remachó.
El secretario general del grupo resaltó que es ahora, una vez traspasado el ecuador de la legislatura, el momento apropiado para abordar reformas de alcance en tres áreas, la fiscal, la social y la institucional y de regeneración democrática. «Nos gustaría sacarlas adelante con consenso, pero no vamos a dejar de plantearlas por falta de voluntad de otros, sea el PP, el PNV o las diputaciones», advirtió. Bajo el liderazgo del lehendakari, se ha marcado ya «un rumbo del que no tenemos intención de apearnos». El objetivo para el PSE es consolidar logros fundamentales, que conduzcan a que la presente se recuerde como la legislatura «de la paz, la salida de la crisis y la creación de empleo», además de la que acabó con los cotidianos «sustos» políticos de la etapa precedente. «A veces hay que poner el retrovisor para recordar cómo se gobernaba», dijo.
En fiscalidad, Rodríguez abogó por una mayor progresividad en la política impositiva y por centrar esfuerzos en el combate al fraude fiscal, en el que llamó a las diputaciones a «hacer más». El PSE seguirá también la máxima del lehendakari – «tres territorios pero un solo país»- respecto de las duplicidades y solapamientos en la acción de las administraciones. En este capítulo incluyó medidas nuevas de lo que llamó «dignificación de la política»: irán en línea con la eliminación de los privilegios en las pensiones de ex cargos públicos, dijo, pero eludió concretarlas.
El responsable socialista consideró en vías de cumplimiento los tres principales objetivos que se marcó su grupo como sostén del Gobierno: salir de la crisis, aportar tranquilidad a la política vasca y hacer frente al terrorismo con firmeza. «Por fin estamos a punto de lograr la paz y la libertad», dijo, «y no es casualidad que eso ocurra con los gobiernos socialistas de López y Zapatero». Tres factores habrían conducido a ese punto: haber «apretado los dientes» para resistir la ofensiva etarra de 2000; el proceso de conversaciones de 2006 y el «achique de espacios» posterior en lo policial, lo judicial y lo político, incluida la «tolerancia cero» en Euskadi desde 2009.
Rodríguez y Rojo coincidieron en resaltar que ese nuevo clima es el que ha permitido abordar «con respaldos unánimes o amplios», cuestiones como las víctimas de excesos policiales o torturas, antes motivo de confrontación.
EL PAÍS, 7/7/2011