La comisión ejecutiva de los socialistas navarros rehuyó ayer un pronunciamiento rotundo sobre su posición ante los posibles pactos para elegir presidente de la comunidad foral y alcaldes, pero no descartó acuerdos con Unión del Pueblo Navarro, sin citarle. «Todo quedará resuelto lo antes posible, dependiendo de las muestras de responsabilidad del resto de las fuerzas políticas», señaló la dirección del PSN.
«Siendo conscientes del papel que nos han otorgado los ciudadanos, actuaremos sin prisa pero sin pausa para tomar la mejor decisión, sabiendo que todos los escenarios están abiertos», agregó la cúpula del PSN. Y transmitió a la sociedad «un mensaje de tranquilidad, prudencia y confianza en los socialistas navarros».
Las elecciones en Navarra han dejado un escenario similar al de 2007 pero con un nuevo y potente actor, Bildu. Unión del Pueblo Navarro (UPN) volvió a ganar pero necesita al Partido Socialista de Navarra (PSN) para formar Gobierno, y la única alternativa a los regionalistas pasaría por un acuerdo entre socialistas, Nafarroa Bai, Izquierda-Ezquerra y la coalición abertzale.
Esta opción, tan complicada como polémica, parece descartada, ya que el pronunciamiento del líder del PSN, Roberto Jiménez, fue contundente en la campaña electoral: «Nunca seré presidente con los votos de Bildu», aseguró. Aunque quizá entonces no imaginaba los malos resultados que su partido iba a obtener -los peores de su historia- ni la fuerte presencia institucional de Bildu tras los comicios. No obstante, en Navarra desató algunas especulaciones una declaración que realizó el lunes el vicesecretario general del PSOE, José Blanco: «Abordaremos en los diferentes territorios los pactos, buscaremos alianzas progresistas, trataremos de formar Gobierno. Tenemos», entre otros, «el tema de Navarra y Pamplona».
En la comunidad foral casi se daba por hecho el apoyo socialista, de una forma u otra, a UPN. Y además sorprendió más si cabe ese comentario al venir de José Blanco, uno de los protagonistas del pacto PSN-UPN en el verano de 2007. Blanco dirigió entonces las conversaciones con UPN para facilitar una nueva investidura de Miguel Sanz, una decisión que provocó la dimisión del candidato del PSN, Fernando Puras.
Su sustituto, Roberto Jiménez, ha defendido su apoyo a UPN como un acto de «responsabilidad», pero esta estrategia no se ha visto avalada en las urnas. Mientras pide tiempo para aclarar la dirección de sus pactos, la candidata de UPN a la presidencia del Gobierno foral, Yolanda Barcina, le advierte de que el voto de Bildu está «envenenado» y se da por aludida en la apuesta por los pactos progresistas que mencionó Blanco. Bildu, por su parte, pide «altura de miras al PSN» y le ofrece sus votos sin exigir cuotas de poder.
EL PAÍS, 26/5/2011