ABC 01/11/16
· La reaparición de Sánchez en televisión ha levantado ampollas en las filas del partido
La dirección del Grupo Socialista en el Congreso comunicó ayer a los 15 diputados que el sábado rompieron la disciplina votando «no» a Mariano Rajoy que se les ha abierto un expediente, antes de decidir si les impone o no una sanción que podría oscilar entre los 200 y los 600 euros. Los díscolos recibieron la notificación en la que se les avisa de la apertura del procedimiento habitual cuando se rompe la disciplina de voto y se les informa de que tienen una semana para presentar alegaciones.
Mientras, las confesiones y los nuevos planes desvelados por Pedro Sánchez el domingo en La Sexta han levantado ampollas dentro del partido. La cólera de la dirección socialista era evidente ayer con cuatro grandes ideas defendidas por Sánchez como foco del incendio: la intención de presentarse a las próximas primarias del partido; su arrepentimiento por haber considerado a Podemos «populista» y la negación de que lo sea; la declaración de que el PSOE no es un partido autónomo y cedió a las presiones de las grandes empresas; y la consideración de Cataluña como una nación.
«Es todo una auténtica locura. No solo deja el partido hecho trizas sino que intenta seguir destrozándolo. ¿Desde cuándo el PSOE no toma sus propias decisiones? ¿Desde cuándo Cataluña es una nación? ¿Desde cuándo un secretario general dimitido vuelve a presentarse? ¿Desde cuándo un partido que cree que los diputados dan golpes de Estado no es populista? Es todo un sinsentido», comentaba un dirigente del grupo parlamentario.
Más que indignado, se mostró a cara descubierta el secretario general del PSOE aragonés y presidente del Ejecutivo regional, Javier Lambán. Acusó a Sánchez de haber protagonizado una «alocada carrera» al frente del partido, de haberlo dejado electoralmente hundido y de haber antepuesto sus ambiciones personales a los intereses de su formación política.
«Deje de estorbar»
Para Lambán, el ex secretario general está desautorizado para presentarse como solución para un partido «abierto en canal», y descarnado como consecuencia de «actuaciones que solo son imputables al propio Sánchez».
Por el bien de España y del PSOE, Javier Lambán reclamó ayer a Sánchez que deje de «estorbar» y de «interferir» en la difícil «refundación» que tiene que acometer el partido tras su gestión. Le pidió que, si esos motivos no le bastan, se retire «por dignidad» consigo mismo. Lo único que Lambán valora de Pedro Sánchez es que haya dejado su escaño. De paso, exigió que hagan lo mismo el resto de diputados del PSOE que el sábado rompieron su disciplina de voto y votaron «no» a la investidura de Rajoy en vez de la abstención fijada por el Comité Federal del partido. Entre esos díscolos se encuentra la aragonesa Susana Sumelzo, que durante años fue escalando puestos en el PSOE gracias al patrocinio personal de Javier Lambán.
Incluso uno de los más fieles colaboradores de Sánchez, el diputado y ex secretario ejecutivo de Formación Rafael Simancas, intentó poner ayer tierra de por medio diciendo «no compartir» estas cuatro ideas. Replicó a Sánchez: «Podemos prefiere los escraches al trabajo parlamentario serio», y eso es populismo, destacó.
El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, habitualmente comedido por su acuerdo de Gobierno con la confluencia de Podemos, censuró las palabras de Sánchez defendiendo el acercamiento a esta formación. «La estrategia del PSOE no puede estar vinculada a otro partido, pues ha de tener su propio proyecto», criticó. Otro de los socialistas más críticos con el acercamiento de Sánchez a Podemos ha sido el expresidente de Castilla-La Mancha José María Barreda: «Una cosa es reconocer a Podemos y otra la fascinación hacia ellos», dijo.
Competencia andaluza
Inflamado está también el PSOE andaluz. Al anuncio de Sánchez de hacer campaña con su coche por toda España para recuperar la Secretaría General le salió ayer competencia. El coordinador de la Interparlamentaria del PSOE andaluz y diputado por Sevilla, Antonio Pradas, asegura que los diputados andaluces del PSOE cogerán también sus coches «para llegar a cada rincón de España y de Andalucía».
Con Susana Díaz de puente, Pradas, el diputado sevillano que perteneció a la ejecutiva sanchista, dijo no saber nada de presiones de empresas del Ibex 35 ni de cabeceras editoriales, y defendió el papel de la federación andaluza, «un elemento vertebrador dentro del partido», que asegura va a servir para hacer del PSOE «un partido ganador que sea capaz de acabar con las políticas de la derecha por la vía de las urnas». Pradas se mostró orgulloso de que los socialistas hayan «desatascado la situación en España».
Los andaluces no se sienten identificados con ese Podemos al que Sánchez le proponía trabajar «codo con codo». Pradas recordó que Pablo Iglesias ha descalificado al PSOE durante todo el fin de semana y que «aplaudió una intervención de Bildu que se aproximaba mucho a una defensa de los planteamientos de los terroristas».
En el PP, la vicesecretaria de Estudios, Andrea Levy, tiene la sensación de que Sánchez «se va a dejar coleta», en alusión a la cercanía que demostró con Pablo Iglesias. Por su parte, el portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, José Manuel Villegas, cuestionó las presiones que denuncia Sánchez: «No sabemos si calló cuando tendría que haberlas denunciado o habla ahora para iniciar su campaña electoral interna». Podemos guarda silencio.