EL MUNDO – 31/07/14
· Sánchez esperará a que se mueva el Ejecutivo antes de presentar su reforma constitucional.
La nueva dirección del PSOE observó con escepticismo y decepción la reunión de ayer. Como explicó gráficamente el secretario de Política Federal del partido, el andaluz Antonio Pradas, tanto Mariano Rajoy como Artur Mas se han encargado durante el encuentro e incluso en los días previos a la reunión de «dinamitar cualquier posibilidad de acuerdo», con lo que repartió la responsabilidad del fracaso a partes iguales entre ambos.
Artur Mas se «ha empecinado», denunció Pradas en rueda de prensa en Málaga, en mantener la consulta el 9 de noviembre. Y Rajoy «no hace planteamiento alguno de cómo avanzar para evitar ese desafío y plantear una salida al choque de trenes».
Pradas entiende que el PP y CiU sólo ven el corto plazo electoral y por eso «la derecha española y la catalana» se «retroalimentan» en este conflicto con una víctima clara: la unidad del Estado.
Los socialistas consideran que el Gobierno sigue encastillado en «el inmovilismo» y en «la insensibilidad» ante un conflicto que amenaza con agravarse. El secretario general socialista, Pedro Sánchez, advirtió al presidente el lunes de que no es suficiente con confiar en los mecanismos del Estado –como el Tribunal Constitucional– para evitar la consulta. En la entrevista que ambos mantuvieron le trasladó que todos los partidos deberían haber buscado una salida a la crisis territorial española hace tiempo, ya que en los últimos años ha sido importante. Pero que ahora se ha vuelto urgente por la falta de acción del Ejecutivo de España.
Sin embargo, los socialistas consideran que el Gobierno no va a mover ficha. Y por eso también rechaza la reforma constitucional que propone el PSOE.
El líder socialista ofreció a Rajoy toda clase de garantías para que el proceso de reforma no se le vaya de las manos, marcando con claridad las líneas rojas que no se pueden traspasar, según fuentes del PSOE. En especial, que la soberanía nacional reside en el pueblo español en su conjunto y que la nueva Carta Magna no podría, en ningún caso, admitir el derecho de autodeterminación –llamado por los nacionalistas derecho a decidir–. Pero Rajoy rechazó también esta oferta.
El presidente no está dispuesto a permitir que se abra en el Congreso la ponencia de reforma constitucional. Al menos de momento. Por eso, la dirección del PSOE se inclina por esperar y no presentar su propuesta de forma inmediata a la vuelta del verano.
En la Ejecutiva del lunes, varios dirigentes reclamaron que el PSOE concrete un poco más su propuesta de reforma constitucional –ya existe un trabajo previo que realizaron los ex dirigentes del PSOE y del PSC Alfredo Pérez Rubalcaba y Pere Navarro–. Y que la presente en el Congreso cuanto antes para forzar la creación de la ponencia en las Cortes Generales.
Entre los que lo reclamaron está Antonio Pradas. Pero en la reunión de Sánchez y Rajoy, al líder socialista le quedó claro que el PP no está dispuesto a sentarse siquiera a estudiar cambiar la Carta Magna.
En primer lugar, el Ejecutivo cree que no desactivará la agenda independentista. Y en segundo, el Gobierno de Rajoy entiende que la ponencia tiene un grave riesgo porque puede «abrir en canal» la Constitución, lo que considera muy negativo.
Por eso, y aunque la decisión no está tomada, el PSOE no quiere forzar de momento los siguientes pasos y espera a que sea el Gobierno quien tome la iniciativa. «Cuando lo haga, contará con el respaldo de los socialistas, que trabajarán para hacer posible la unidad de España», explicaron ayer fuentes de la Ejecutiva Federal.
La propuesta socialista es «transitar por la senda de la reforma y del consenso», porque el PSOE no quiere «ni la independencia, ni anquilosarnos, ni petrificarnos en el inmovilismo de una Constitución que necesita reformas», dijo ayer Pradas.
Los socialistas, además, advirtieron ayer a los gobiernos central y catalán de que no permitirán que la nueva financiación autonómica se decida «en juegos de cartas con sólo dos jugadores». Pradas espera que Rajoy y Mas «no hayan avanzado nada al margen» de la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera que ha sido convocado para hoy.
EL MUNDO – 31/07/14