EL MUNDO – 29/12/15 – CARLOS CUESTA
· Esta es su obra. La obra de aquel que aseguraba que España no se rompería por aceptar las exigencias separatistas y apoyar «la reforma del Estatuto que apruebe el Parlamento catalán». La de aquel que afirmaba que todo valía, Tinell, extrema izquierda y guerracivilismo incluidos, con tal de arrinconar a la derecha y expulsarla de la gobernabilidad. La obra de Zapatero.
Y hoy el PSOE se enfrenta a su herencia. A una demolición de la gobernabilidad española que los hace presos de sus propios pactos territoriales con la izquierda radical y el rupturismo. A una aniquilación de su discurso socialdemócrata, abandonado y pisoteado entre oportunistas obsesionados con el sillón –como Pedro Sánchez–, seguidores «amables» de Lenin –como se definen los líderes de Podemos– y quienes buscan la aniquilación de la unidad de España.
En medio de ese escenario es donde los barones del PSOE han pactado una tregua para «no romper el PSOE». ¿No romperlo? ¿Acaso lo ven en plena forma mientras permanece acobardado y esperando el golpe de gracia de un Pablo Iglesias que sabe que en unas elecciones anticipadas probablemente adelantaría al PSOE y terminaría de matarlo?
Roto está. Roto y humillado por quienes creyeron que, fuera de la estricta constitucionalidad y estabilidad nacional, un partido de gobierno como el PSOE podría sobrevivir. Y la única salida que le queda a Susana Díaz no es pegar los trozos de un jarrón pulverizado. Sino crear un jarrón nuevo: con un nuevo líder y unos nuevos –o mejor dicho, antiguos- principios. Porque cualquier atajo será la muerte, más rápida o más lenta, del PSOE y de la gobernabilidad de España.
Porque ni una sola de las barbaridades que tendrían que aceptar de Podemos, ERC, Compromís, Mareas, Convergència o Bildu podrían ser aceptadas ni por Europa, ni por la constitucionalidad española; porque ni una sola de las exigencias de años sabáticos para todos los trabajadores, jubilaciones a los 60 años, rentas básicas de ciudadanía, subidas fiscales de vértigo, creación de bancas públicas, nacionalización de sectores estratégicos, autodeterminación de cada región o revisión de la legitimidad de la deuda podrían ser, ni por lo más remoto, aceptadas por unas autoridades europeas que nos abocarían a una pérdida del paraguas del BCE y a la petición de un rescate a la griega.
¿Ven en eso los barones del PSOE una tabla de salvación? Se trata simplemente de una elección: o Podemos o el PSOE. O Podemos o la estabilidad de España y del propio Partido Socialista. Esperemos que Susana Díaz sea capaz de verlo y de actuar. Por el bien de todos.
EL MUNDO – 29/12/15 – CARLOS CUESTA