EL MUNDO – 12/06/15
· Puig será presidente pero creará una agencia tributaria y una banca públicas, y subvencionará luz y agua / Los socialistas de Madrid dan la Alcaldía a Carmena.
Tras un último acelerón, el que ayer permitió pactar la Presidencia de las Cortes y las bases de un programa de gobierno, la formación de un Ejecutivo de izquierdas en la Comunidad Valenciana está más cerca. Será un Gobierno entre PSOE y Compromís, pero su corazón será tripartito, ya que Podemos suscribe el acuerdo, que contiene gran parte de sus postulados: la creación de un banco público y una agencia tributaria, o la garantía de que no se cortará la luz, el gas o el agua a quien no pueda pagarlos.
En 24 horas, la izquierda valenciana ha resuelto el entuerto postelectoral que ha estado a punto de hacer fracasar el proyecto de Gobierno progresista de PSOE, Podemos y Compromís, incluso antes de firmarse. Tras unos días intensos y acalorados de discusión, ayer todo se desbloqueó y el farol de que las negociaciones estaban rotas desapareció. A primera hora de la tarde, los líderes de los tres partidos –Ximo Puig, Antonio Montiel y Mònica Oltra– escenificaban su buena sintonía y firmaban el llamado Pacto del Botánico (en referencia al emblemático jardín de la ciudad de Valencia).
Nadie quiso estropearlo hablando de quién será el futuro presidente, pues esta peliaguda cuestión empezará a dirimirse hoy, aunque ayer muchos ya daban a Puig como futuro inquilino del Palau de la Generalitat. Incluso algún alto mando de Compromís admitía ese escenario.
El Acuerdo del Botánico es el nombre elegido por el tripartito valenciano y obliga a los socialistas a asumir postulados de Compromís y Podemos en los que ellos no habían llegado tan lejos en sus planteamientos iniciales.
El acuerdo contempla como primer punto establecer el derecho a la vivienda con mecanismos para evitar los desahucios o el derecho a la luz, el agua y el gas creando convenios entre las administraciones y las empresas para que mantengan estos servicios a las familias con pobreza extrema que no puedan pagarlos. Además, establece una renta mínima.
Dividido en cinco grandes grupos, en el tributario recoge la exigencia de una agencia propia, un punto de la coalición nacionalista Compromís junto con Podemos, que vas más allá de lo establecido en el Estatuto de Autonomía.
También reivindican un mejor sistema autonómico de financiación –algo que han apoyado todos los partidos del arco parlamentario en la última legislatura–, pero incorpora una petición de Compromís de exigir el reconocimiento de una deuda histórica del Estado.
En el apartado gobierno para las personas se propone «priorizar los gastos de Sanidad y Educación y Servicios Sociales por encima de cualquier otra partida»; para ello contemplan negociar un plan de reestructuración de la deuda con los acreedores de la Generalitat. Al menos el PSOE no ha tenido que aceptar no pagar la «deuda ilegítima».
En el grupo de propuestas para un nuevo modelo productivo, los dos partidos más a la izquierda logran incluir la conversión del Instituto Valenciano de Finanzas en un banco público, un punto que los socialistas debatieron inicialmente pero que en último término habían tratado de cambiar con más políticas de control de competencia.
De madrugada
Todo se desbloqueó entrando en la madrugada del jueves. Los tres partidos llegaron a un pacto para elegir la Mesa de las Cortes y el presidente del Parlamento autonómico. A ese acuerdo, que otorga representación a todos los grupos en el órgano de Gobierno, se sumó también Ciudadanos.
Finalmente, el presidente del Parlamento valenciano será Francesc Colomer, hoy militante del PSOE aunque formó parte del grupo de dirigentes que abandonaron Izquierda Unida para militar en Nueva Izquierda. De alma trotskista, caballeroso y gentil, fue el azote de Carlos Fabra en la Diputación de Castellón. Ha sido dos veces diputado autonómico y dos veces alcalde de Benicàssim.
Antes de la sesión plenaria, la candidata de Compromís, Mònica Oltra, se reunió con Puig en las Cortes y le pidió que esa tarde se escenificara el acuerdo programático que se había cerrado el pasado martes. La buena voluntad y predisposición de Oltra hizo que esta vez Puig sí accediera a verse y a fotografiarse juntos.
En la sede socialista la desconfianza era tal que en la tarde del miércoles todavía jugaban al despiste con un posible acuerdo con Ciudadanos. Y seguían así por la mañana, votando junto al grupo parlamentario de Carolina Punset y demostrando al resto de sus socios que tenía un plan B. Este plan parece finalmente descartado, tras sellar el listado de hasta 37 propuestas para poner «los cimientos de un nuevo País Valenciano» (término expresado en lugar de Comunidad Valenciana que simboliza la llegada de la izquierda a los resortes del poder). El tripartito está ya cerca.
EL MUNDO – 12/06/15