ABC, 15/7/2011
Los dirigentes del PSOE cargaron ayer duramente, la mayoría en privado, contra el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz tras su auto de procesamiento contra el director general de la Policía en 2006, Víctor García Hidalgo, y otros dos mandos policiales por el «chivatazo» a ETA del «caso Faisán».
Aunque el auto no menciona a Alfredo Pérez Rubalcaba, los socialistas temen que el asunto le contamine en el inicio de su campaña. Creen que Ruz está «haciendo el juego» al PP al acusar de colaboración con banda armada «a quienes más han luchado contra el terrorismo». Pronostican que la Sala de lo Penal acabará reduciendo todo a un presunto delito de revelación de secretos y remitirá las actuaciones a un juzgado de Irún (Guipúzcoa), donde ocurrieron los hechos del bar Faisán. «Pero el daño estará ya hecho», añaden las fuentes consultadas.
Por eso Rubalcaba, a quien el PP considera responsable político del «chivatazo», encabezó ayer la protesta pública contra Ruz. A primera hora, en RNE, el candidato a la Presidencia del Gobierno habló de «errores jurídicos» y deslizó la idea de que el magistrado ha decidido desempolvar por criterios no estrictamente judiciales un sumario que Garzón mantuvo tres años en un cajón. «Si existe esto es porque existo yo, y si existe hoy, más que nunca, es porque soy candidato. Esa es la razón y nada más», remarcó. «No tengo nada que esconder en mi vida política».
«Suma de especulaciones»
No le anduvo a la zaga el que era hasta este lunes su mano derecha en el Gobierno, el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui. En los cursos de verano de la Universidad Católica en Ávila, el ministro señaló que el auto es «probablemente una suma de indicios especulativos» y expresó su «firme convicción» de que la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional lo revocará. No se puede creer, insistió Jáuregui, que «personas que llevan toda la vida luchando contra el terrorismo, y que incluso han sido víctimas del terrorismo, puedan ser acusados de colaborar con ETA». Le parece «sencillamente disparatado».
Solo el PSE se atrevió a seguir la senda de Rubalcaba y Jáuregui. Su portavoz, José Antonio Pastor, ve «un poco fuerte» el procesamiento de los tres mandos policiales y añadió que se sienten «absolutamente orgullosos» de García Hidalgo y no le van a pedir que abandone el cargo de secretario de Organización en Álava.
El nuevo ministro del Interior, Antonio Camacho, no quiso hablar del tema y el resto del PSOE, empezando por el presidente del partido, Manuel Chaves, prefirió centrarse en «el temor que tiene el PP a Rubalcaba». José Bono, volvió a usar la ironía contra los populares: Rubalcaba no es un faisán, «es una pieza de caza mayor» y para acabar con él «se necesitan otra munición y otros cazadores», dijo. Y hasta el secretario general del PSM, Tomás Gómez, cuyas discrepancias con el candidato son conocidas, se abonó a la teoría del miedo del PP.
ABC, 15/7/2011