La Gestora que dirige el PSOE desde hace más de 100 días quiere cerrar ya el debate sobre la fecha del congreso federal. Más de 40 plataformas de militantes constituidas en toda España exigen que el cónclave sea cuanto antes. Y la mayoría de los barones también lo reclaman, sin ningún éxito. Ferraz prefiere que el tiempo siga transcurriendo con la esperanza de que el paso de los meses desanime a los críticos, desactive la posible candidatura de Pedro Sánchez y calme a la militancia, aún muy enfadada por el golpe de mano de octubre y por la decisión de que el PSOE se abstuviera para hacer presidente a Mariano Rajoy.
Para cerrar el debate de cuándo será el congreso, el órgano que dirige el asturiano Javier Fernández planteará al Comité Federal del sábado una fecha concreta. Aún no está cerrada, pero desde la dirección apuntan a este diario que barajan el segundo o el cuarto fin de semana de junio (el 10/11 o el 24/25). El primero lo consideran pronto y el tercero coincide con el puente del Corpus, festivo en algunas comunidades. Las primarias para elegir secretario general serían, por tanto, a finales de mayo o principios de junio.
Ferraz quiere zanjar lo que considera «un ruido interno estéril» que hace daño al PSOE. A partir del sábado, la Gestora confía en que todo el partido se ponga a trabajar para garantizar «una oposición dura y útil», como repiten tanto fuentes de la Gestora como de federaciones afines a la actual dirección. Y para redefinir el proyecto político socialista y vuelva a aspirar a ser el primero en competición con el PP, no con Podemos.
Como explicó en declaraciones a los periodistas el portavoz de la Gestora, Mario Jiménez, «una vez que el Comité Federal fije la fecha del congreso federal, esa decisión será acatada por toda la organización».
El presidente de la Gestora está hablando desde antes de Reyes con todos los secretarios generales autonómicos. La mayoría le ha pedido que se convoque el congreso federal «lo antes posible» para «acabar con la actual situación de crisis e interinidad del PSOE», que, consideran, sólo beneficia al PP.
Así se lo han trasladado, entre otros, la presidenta de Baleares, Francina Armengol, y los secretarios generales del PSOE en Madrid, Sara Hernández; Castilla y León, Luis Tudanca, o Navarra, María Chivite. Todos ellos consideran que el congreso debería ser en abril, ya que da tiempo para convocarlo y celebrarlo.
Como aseguraron varios de ellos a este diario, la Gestora no debería prolongar más la actual situación de crisis del partido, con una dirección provisional que ya ha cumplido más de 100 días. En su opinión, es negativo que el que aún es el principal partido de la oposición esté sin líder durante casi nueve meses tras la peor crisis de su historia reciente.
Otros líderes territoriales, los de mayor peso orgánico, están de acuerdo con que el cónclave se celebre en junio. Esta es la opinión de Susana Díaz (presidenta de Andalucía), Guillermo Fernández Vara (Extremadura), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), Ximo Puig (Comunidad Valenciana), Javier Lambán (Aragón) o el propio Javier Fernández (Asturias).
La Gestora espera que el Comité Federal pueda aprobar la fecha por asentimiento, aunque se produzca cierto debate sobre la conveniencia de adelantarlo o retrasarlo. En la dirección verían «ridículo», aseguran a EL MUNDO, que los barones que están en minoría en el máximo órgano de dirección del partido entre congresos plantearan otra alternativa para perderla, como ya ocurrió en los dos comités federales anteriores (el 1 y el 23 de octubre).
El cónclave no se convocará oficialmente hasta otro Comité Federal extraordinario, que probablemente será en abril y que ya aprobará el calendario concreto. En ese momento se cerrará el censo de militantes que podrá participar en la elección del secretario general, algo que todavía está en el aire.
Por ejemplo, es aún una incógnita si los 18.000 militantes del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) –la segunda federación en afiliados tras Andalucía– podrán o no votar al próximo líder del PSOE. La comisión bilateral PSOE-PSC aún no ha abordado la nueva relación orgánica que unirá a ambos partidos.
Dirigentes del partido en Andalucía son partidarios de expulsar a los militantes catalanes para que no puedan votar al líder del PSOE, igual que los del PSOE no votan en el cónclave del PSC. Esa podría ser una fórmula para salvar «la asimetría» que Ferraz detecta en las relaciones entre los dos partidos.
Sin embargo, otras federaciones pertenecientes a la mayoría, como la Comunidad Valenciana o Extremadura, prefieren un acuerdo incluyente que no aleje más a los socialistas catalanes de los del resto de España.
Desde el sector crítico, esperan que la crisis del PSC no acabe con la expulsión de los catalanes de los órganos federales del PSOE. Eso es «clave para las garantías del proceso» de elección de un nuevo líder, aseguraron a EL MUNDO. Pero también «de mucha relevancia política para el país». «Si el PSC no cabe en el PSOE, ¿cómo vamos a defender que Cataluña sí puede encajar en España?», se preguntan.