EL MUNDO 07/08/14
· Ximo Puig dice que «deslegitiman la democracia»
· Cospedalles llama «izquierda radical»
· IU corteja a Pablo Iglesias
Los pronósticos del CIS han desatado los nervios en las principales fuerzas políticas. Especialmente en el PSOE, el partido al que Podemos amenaza con propinar un mordisco que de acuerdo con los datos del sondeo podría llegar a costarle hasta un 17,7% de sus votantes. Ayer, el secretario de Regeneración Democrática de la nueva Ejecutiva socialista, Ximo Puig, arremetió contra la nueva fuerza política y su discurso, equiparándolo al que desplegó a principios del siglo XX el dictador italiano Benito Mussolini apoyándose en la teoría de las élites del politólogo Gaetano Mosca.
Puig no es el único. En el PP también hay temor, aunque la secretaria general Dolores de Cospedal intente minimizarlo asegurando que el terreno de Podemos se limita a la «izquierda radical».
La nueva fuerza política, que ha irrumpido en escena acaparando 1,2 millones de votos, está presente con papel protagonista en los análisis de todos los partidos consolidados, incluido el que ideológicamente le es más cercano, Izquierda Unida, que ha optado por una estrategia de cortejo que podría acabar en coalición.
No en vano, cuando el CIS cruza los datos de perspectiva de voto más simpatía ideológica concluye que Podemos podría robarle a IU hasta un 30% de su bolsa de votantes. El pellizco al PP sería menor, un 3,9%, en tanto que a UPyD la nueva fuerza podría restarle hasta un 16% de electores.
Probablemente por esto a los de Pablo Iglesias se les mira prácticamente desde todos los puntos del arco político con profunda reticencia. Ayer, las palabras del secretario de los socialistas valencianos y miembro de la Ejecutiva federal, Ximo Puig, en una entrevista concedida a la agencia Europa Press, destilaban ese temor.
En su opinión, el discurso monotemático que desarrolla Podemos en torno al concepto de casta es «viejo» y puede incluso asimilarse al que enhebró a principios del siglo XX el politólogo italiano Gaetano Mosca sobre las élites políticas y al que, según Puig, «acudió con frecuencia» el dictador fascista Benito Mussolini. Para Puig, movimientos como el de Podemos, basado en estos conceptos, «deslegitiman o intentan deslegitimar» el funcionamiento de la democracia.
Mosca es quizá el autor más representativo de la escuela italiana que desplegó la llamada teoría de las élites. Sus miembros son conocidos también como los maquiavelistas. Mantenían que la sociedad está siempre dirigida por una minoría de personas que detenta el poder y que puede asimilarse a una auténtica clase social. Su teoría tuvo clara infuencia en los movimientos fascistas, aunque Mosca los combatió con dureza.
Puig mantiene que el hecho de que Podemos sea una formación recién nacida «no significa que aporte ideas nuevas». Él opina que el éxito electoral que ha cosechado en los pasados comicios europeos se debe a que ha recogido «la desazón» de una parte de la ciudadanía y el «profundo cansancio con la falta de reacción política».
El socialista insiste en que siempre ha habido quienes «han disparado, democrática o ideológicamente, contra la democracia representativa»; entre otras cosas, admite, «porque la democracia representativa también tiene lagunas». Y pone como ejemplo a Gaetano Mosca, quien hace un siglo ya hablaba de clase o élite política, «lo que ahora», afirma Puig, «se ha transmutado en casta».
El político socialista asegura que no pretende «culpabilizar a los que protestan», sino desentrañar precisamente las razones por las cuales prende el malestar. Y asegura, en este sentido, que el PSOE, aunque se mantendrá abierto al diálogo con otras fuerzas políticas, pretende seguir siendo un proyecto mayoritario capaz de aglutinar a las «clases medias» –el concepto que más repite el nuevo secretario general Pedro Sánchez– y trabajadoras.
Aunque sus argumentos fueron ayer los más llamativos, Puig no ha sido el único en intentar hacer frente dialécticamente a Podemos. Desde el PP también se han alzado voces en este sentido. Y muchas. Los últimos en pronunciarse han seguido la estela marcada por el presidente del Gobierno en defensa de la «estabilidad» que proporciona un sistema bipartidista, de alternancia en el poder, como el que hasta ahora se ha conocido en la democracia española.
El portavoz parlamentario del PP, Alfonso Alonso, apuesta por esta teoría, en tanto que la secretaria general María Dolores de Cospedal prefiere apuntarse a los que, tras un primer momento de reacción exagerada –como las que se sucedieron en la Escuela de Verano del PP– optan ahora por intentar minimizar la trascendencia de la nueva formación política, al menos en lo que pueda afectar al Partido Popular.
Cospedal, de hecho, circunscribe la potencia de fuego de Podemos al terreno de la «izquierda radical», lejos del PP. Según la númerodos de los populares los ámbitos políticos y sociológicos de su partido y de Podemos son totalmente distintos. Para ella la cosecha de votos de Iglesias nunca se recogerá en el campo moderado y de centro.